Cansado de batallar contra molinos de viento como si fueran gigantes que pueden molerme, rendí mis juicios acerca de un pasado egoicamente interpretado que esperaba -y casi exigía- devenires a su medida, opresores todos ellos de un presente distorsionado con la turbia cortina de miedosas suposiciones.
Y la Luz Divina que ya Es, rasgó y traspasó la imaginada luz carnal que no es.
Y liviano en conciencia y esencia fue trascendido el mundo de tiempo y forma que creía real pero no lo era.
Y conocí lo que conoceré en el centro de la mirada, con la pupila del corazón receptiva hasta el tuétano del alma.
Y sentí el cálido fulgor del fuego sagrado bajo el iris de la cúpula intemporal de DIOS VIVO.
Y renacido -por la gracia- desapareció el velo de una angustia idolatrada por el ciego apego a un breve y falso yo adicto al miedo... no hay carne que encarcele para siempre a las almas, ni una maldad que pueda llegar a ser eterna.
Y un empuje vigoroso a no secundar ni a plegarme apocado ante los vanos poderíos mundanos, junto a una paz allende todo humano entendimiento alumbró una nueva vida. ¡Una vida plena e inmaculada que no sabe de separaciones, competitividades ni muertes!
Y me supe -al instante- inseparablemente vinculado a ti y al otro, a aquella samaritana del ayer con sincera sed de vida eterna que conversó con Jesús de Nazaret en el pozo de Jacob, y también a esos niños del mañana que van a nacer en un aparente futuro para desvelar el misterio del Amor Infinito que compartimos cual uno solo hoy, siempre hoy, eternamente hoy en Espíritu y Verdad.
KHAAM-EL
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