Confundiendo el caprichoso y bestial deseo egoico con la libertad, la arrogante estolidez del nihilista discurso del relativismo transhumanista ("Dios a muerto"), que sueña con convertir al hombre en un superhombre soberano de su destino sobre la debilidad ajena, celebrado en el mundo como si fuera sabio, y sobre el que se pretende erigir un nuevo orden social negador de la luz salvadora de aceptar y portar la propia cruz, según desdeña toda ley moral como culminación de la Historia, taladra los sesos y cautiva a incautos que se someten a sus ocultas directrices ególatras, malvadas y tiránicas creyéndolas justas, beneficiosas y liberadoras, hallando finalmente ruina, desespero y pesar donde suponían iban a vivir en gloria, paz y felicidad.
KHAAM-EL
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