Hay que estar vigilantes en un mundo de apariencias, pues éstas las más de las veces no son lo que superficialmente muestran. ¡Ojo avizor! La lealtad y la misericordia siempre hablan de frente y con ánimo de mutua comprensión y colaboración, jamás de espaldas al prójimo como los lobunos ardides de escondida intención aviesa que aparentan bondad mientras afilan voraces sus colmillos según enmarañan las relaciones. Por eso, no hay mayor traición que fingir amar odiando, ni menor misericordia que la soterrada y acusadora murmuración que aparentando cordial solicitud ante aquel a sus espaldas difamado, egoísta e hipócritamente lo perjudica buscando el propio beneficio.
KHAAM-EL
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