La vida humana es una aventura de bendición si se la sabe vivir bien, con gratitud, honestidad y mentalidad abierta, sin personal apego o ciego reproche; una aventura que atraviesa tentadoras frondosidades e inclementes arideces en sucesivas etapas que al carnal vehículo desgastan y envejecen, pero que al alma atenta iluminan; una aventura que impele a conquistar el miedo rindiéndose al Amor; una aventura que vence a la muerte misma conduciendo de regreso a la plenitud del Espíritu si con consciencia, humildad y amigabilidad decide uno abordarla; una aventura que la Divina Providencia guía sabiamente si seguimos las señales que nos envía.
Desechemos, pues, toda queja y abandonemos cualquier egoico afán. Paz, Amor y Plenitud en los corazones humanos. ¡Bendiciones amigo/a! ¡Brindemos felices y determinados por la Verdad y la Unidad que es lo que en esencia realmente somos!
KHAAM-EL
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