lunes, 29 de febrero de 2016

LA GLORIA DE LA DIVINA UNICIDAD *



   "Que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. (...) 'El que se gloríe, que se gloríe en el Señor'."
                                                                                         1 Pablo a Corintios 1, 29 - 31 


   Encumbrarse en presencia de lo infinito es necio, y jactarse de humana sabiduría frente a lo inefable no es sino vanidad y estulticia. Intentar hacer girar la vida entorno a uno a costa del prójimo, finalmente, acarrea sufrimiento para ambos. Aferrarse duele. Yoificarse aparentando concordia guerrea sin cesar, aunque se revista de buenas maneras o se disfrace de melosas palabras con las que suavizar el amargor del veneno que esconden. El orgullo que se place en lo transitorio es derrota inminente, pues diferenciar para brillar no es más que ciega cortedad mental, al igual que relacionarse para el beneficio propio no es sino tremenda umbría de corazón. Los tesoros que ofrece el espacio/tiempo son pérdida y miseria...
                                                                                  Acumular burbujas en el rompeolas 
                                                                                        rompe el alma llenándola de nada. 

   Ansiar lo efímero desanima el ánimo tras la acumulación de fracasos. El éxito del tiempo es la muerte de sus pupilos. La vida, en esencia, no sabe de muertes; ergo identificarse con una identidad personal no es auténtica vida, sino parodia de ésta. Aparentar únicamente es un vistoso y aparatoso mostrar fantasiosas idealizaciones de una incongruencia. Fabricar lo que se estropea y perece jamás será crear. Lo que no es, nunca puede llegar a ser. Arriba o abajo, derecha o izquierda, mejor o peor, etc, no son reales; tan sólo meros posicionamientos relativos respecto al criterio de un observador parcial, pues si varía su posición (su juicio) cambiará su valoración sobre el asunto (su visión). No caigas en el juicio y el atolondre. Justificar imposibles es una condición injustificable. Dividir para obtener sólo es perder. Medita. Ahonda. Ora. Aquel que como Jesús entrega su vida por Amor halla vida eterna. Lo invencible no lucha, invita. Lo bendito no condena, perdona. Lo fraterno no excluye, plenifica. Nada temporal resplandece por sí mismo... antes bien, resplandece siempre en Lo Mismo. Toda la gloria es de Dios. La Verdad es Amor. Y, éste, no es una cuestión de cantidad, sino de comunión. Y, cuando ésta última prevalezca, las cantidades desaparecerán para no volver jamás; ya disueltas, por completo, en la gloria de la Divina Unicidad... entonces, como antes del principio, todo será contemplado y vivenciado en completitud.

KHAAM-EL



La pureza es la esencia que prevalece en el alma por siempre.
Confía en el Amor de Dios y serás salvo.
El perdón de toda miseria es gloria Divina. 
Servir a Dios es entrar en la Vida plena del espíritu.




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