miércoles, 3 de febrero de 2016

RENACE A LA VIDA ETERNA... AHORA .


La vida, en esencia, no se debate en opiniones.
Nos es lanzada a bocajarro
con la sencilla inmediatez de lo espontáneo.

Vislumbra... Comprende...
programar en lo inmediato es un estorbo más que una ayuda.
Calcular lo no cuantificable es acción vana.
El hampa tiene sus propias y estrictas leyes codiciosas
que vulneran la legalidad vigente del sentido común
y seguirlas para obtener ventajas
conduce a su tiempo a terribles debacles.
La mentira disfrazada de posibilidad,
ninguneando la esplendente desnudez de lo veraz,
quiere vestirte con los muros de una prisión
o con las lápidas de un frío cementerio.
Y has de saber sin excusas
que los sepulcros sólo se adornan para ocultar lo inerme
y añorar pasajeras hechuras que nunca volverán.

Sin higiene mental
acumular pensamientos, sencillamente, apesta.
Opinar y blablabear conceptos acerca de
sin transmitir experiencia viva
nada tiene que ver con la genuina comunicación,
es, tan sólo, una enfermiza y contagiosa autosugestión
de peliculada trama personal.
La vida o es vivida con autenticidad
o es una prolongada agonía de muerte.
Asumir la responsabilidad de los propios pensamientos,
exculpando al resto de lo por uno vivido,
abre el presente a la luz del perdón.

Las manecillas del reloj se mueven sin rozar jamás la eternidad
aunque trabajosamente la persigan,
pues su monótono y repetitivo tic tac
no puede atrapar el irrepetible fulgor de la pureza
que nada busca, desea o teme.
Estate presente al momento en este preciso momento...
y... mira...
repentinamente, lo evidente;
de súbito, lo inefable.
Luz sin necesidad de ojos.
Comprensión sin pensamientos...
Ser, al no pretender ser.

Confía y Ama.
No escuches al miedo...
y... renace a la Vida eterna... ahora.
Sin planes ni cálculos para obtener particular provecho
lo espontáneo bendice con la sencillez de esa certeza
nacida del poderoso pálpito de un corazón libre de apegos
que extiende la paz mental como un benéfico manto
a todo aquel que cansado de su personalismo,
humilde y agradecido, la requiere.

El horror de una historia lastimera y lastimosa
sólo es imaginación perceptiva de transitorio aspecto
y su término nunca es motivo de llanto,
sino de descanso, alegría y resurrección.
Comunicación esencial es Amor... ilimitado e indiviso.
Todas las lágrimas, todas las dudas, todos los deseos y temores,
todas las vanidades,
todos los nacimientos y muertes,
por el Amor,
acaban milagrosamente en Bienaventuranza Divina.
Ama y Vive...
la Luz te guía cuando no sigues los dictados del miedo.

KHAAM-EL



No tengas miedo... 
No ames tan poco aferrándote a lo caduco... 
Vive el romance eterno con Dios, siempre ahora... 
Y todo será Amor, bienaventurado y perfecto Amor Indiviso...
pura Divina Unicidad con la vida toda.




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