lunes, 8 de febrero de 2016

NO HACER NADA EN ESPECIAL ES VERDADERO HACER +

   No hacer nada en especial es hacer todo lo esencial. Buscar y buscar, sin saber ciertamente qué es aquello que se está buscando, es un hacer irreflexivo, superficial y a todas luces insubstancial; un deambular de aquí para allá, donde únicamente se manifiesta una gigantesca confusión existencial plagada de supuestas creencias coherentes, que no son más que la hueca palabrería incoherente de reinterpretadas ideas antiquísimas, amalgamadas con novedosas teorías, que pergeñan burdas e inverosímiles interpretaciones personales, para exponer en el llamativo escaparate del lucrativo espectáculo montado por dentellados lobos disfrazados de tiernos corderitos; en definitiva, algo difuso y confuso de atractivo envoltorio circense, que la mundanal moda Nueva Era llama, con impúdico descaro, ¡¿lo espiritual!?. ¿Quieres de verás despertar a lo real? ¿Anhela tu alma el Cielo por encima del mundo? Si así es, comprende, entonces, que no se puede alcanzar lo santo por una arremetida, ni mucho menos comprarlo o fabricarlo. Repetir viejas ideas como si fueran nuevas nos deja siempre en la misma tragedia, en el mismo punto muerto, en la misma movilidad circular, en el mismo sueño de fragilidad, enfrentamiento y muerte, en la misma externalización de angustiosa carencia. Despertar a lo real, al verdadero Ser, se vivencia por una constante actitud interior, sencilla, sincera, intensa, e íntima, de no dejarse distraer por lo efímero, por lo exterior, por lo superficial. No hacen falta en absoluto largos y tediosos cursillos, costosas terapias, esforzadas posturas, memorizadas escrituras, toques mágicos de gurús, ocultismos, ritos o reglas de exigente pompa, alineamientos planetarios, seguir o aplaudir ciegamente a supuestos arregladores del mundo que proclaman resentidas doctrinas edulcoradas con lindas frases regala oídos, etc. Con sencillez todo se revela espontánea e inmediatamente a la luz del momento incomparado. Sé, no siendo suposición. Mantente recogido en el alma. Quédate en el anchuroso ámbito de la paz interior. Consciente. Presente. Sencilla y obviamente eres 'no dos' en el infinito e indescriptible instante presente. Confía y mora libre en el presente de verdad, y serás libre del tiempo y sus circunstancias pasajeras. Sé ahora. Mira ahí y verás. Escucha ahí y oirás. Pide ahí y recibirás. Busca ahí y te encontrarás. Camina ahí y llegarás al Cielo.

KHAAM-EL




Desde la paz interior 
sin hacer se hace lo debido para la extensión de la plenitud de ser
vaciándose de la ilusión de ser en conflicto y separación.





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