Tras esta breve introducción adjunto el audio de una sesión en la que profundizo en la idea de que buscar el propio triunfo en el mundo, acarrea sufrimiento y conflicto, dolor, resentimiento e insolente arrogancia; en resumen, un auténtico fracaso soñando personales éxitos. Ya que querer sobresalir, se mire por donde se mire, es rivalidad. Por lo tanto, querer obtener éxito en el mundo siempre es, o será, a costa de los demás; y, eso, únicamente conlleva división y desazón, angustia e insatisfacción, pues no es entrega amorosa para compartir con el prójimo, sino rencorosa pelea mediante la que destacar.
Si queremos recordar lo esencial y real, lo amoroso en verdad, hay que dejar que lo que ya Es se exprese libremente, sin las intermediaciones calculadoras del agazapado personalismo en busca de un beneficio egoísta. Y, desde ahí, desde ese desde donde puro, desde esa motivación honesta de experimentar a Dios (Quien siempre Es) y de vivir por completo en Él, dejándole expresarse por entero en uno y a través de uno, lo auténtica y genuinamente espiritual se manifiesta rotundo e incondicionado. Por eso, el Amor no busca éxito en la forma, ni se mueve desde la queja o el trueque. El Amor Ama y bendice sin cortapisas ni comparaciones. No vayas, pues, en pos de las inciertas y vanas cosas del mundo. Busca sólo todo el Amor de Dios en el presente, aquí y ahora, no en futuros de mayor o menor triunfo, y la dicha de ser te colmará de inmediato.
Si queremos recordar lo esencial y real, lo amoroso en verdad, hay que dejar que lo que ya Es se exprese libremente, sin las intermediaciones calculadoras del agazapado personalismo en busca de un beneficio egoísta. Y, desde ahí, desde ese desde donde puro, desde esa motivación honesta de experimentar a Dios (Quien siempre Es) y de vivir por completo en Él, dejándole expresarse por entero en uno y a través de uno, lo auténtica y genuinamente espiritual se manifiesta rotundo e incondicionado. Por eso, el Amor no busca éxito en la forma, ni se mueve desde la queja o el trueque. El Amor Ama y bendice sin cortapisas ni comparaciones. No vayas, pues, en pos de las inciertas y vanas cosas del mundo. Busca sólo todo el Amor de Dios en el presente, aquí y ahora, no en futuros de mayor o menor triunfo, y la dicha de ser te colmará de inmediato.
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