Todo
lo antiguo fue presente y (paradoja temporaria -que no intemporal-) antes de eso: futuro. El constante flujo de las aguas de un río
hace, justamente por eso, que el río sea río anteriormente, ahora
y luego. Por tanto, ver o intuir lo futuro en el presente comprende
el pasado, porque en esencia y en verdad todo es ahora y aquí. Ahonda, medita y
desvela.
La fortaleza del mundo es inevitable flaqueza: la carne
volvió, vuelve y volverá al polvo y a la ceniza original; el ego
fue, es y será la nada inicial que su contradictoria e incongruente
dualidad -como mero ensueño de memorias divisoras- imaginó. El
Espíritu, como incesante río de ‘Agua Viva’, sin embargo, se
revela en todo su eterno y pleno esplendor de Amor, Verdad y Luz
en la Unicidad de DIOS VIVO (Fortaleza verdadera e indestructible,
incluso en la aparente dualidad temporal/corporal -lección 47 de 'Un
Curso de Milagros') que desde antes de cualquier antes era, es y será
Fuente Inagotable de Bendición.
Confía, ama, y
resucita en
la intemporal Plenitud Viviente. La paz al Alma llega sin
esfuerzo, milagrosamente regalada... Invitando
a la comunión inefable del Reino de los Cielos según nos
despierta, con irrebatible evidencia, del
doloroso sueño del tiempo y la corruptible carne.
KHAAM-EL
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