domingo, 9 de febrero de 2025

NO SOMOS DEL EGO, SINO HIJOS DE DIOS

        El mundo del ego es ilusorio, pero en su idólatra manera de razonar -el ego- da credibilidad a las ilusiones en detrimento de la realidad, oscureciendo como en espejismo la plenitud de lo inapagable en su desaforado deseo de acaparar para sí todas las cosas y ejercer dominio sobre las voluntades y las situaciones, haciendo vivible la maldición del pecado y de su castigo (imposible en lo real, eterno y espiritual) por su admisión de lo transitorio como verdadero y de la importancia que da a su parcial e interesado juicio personal por encima de la indivisa y amorosa Ley Universal que nos afirma y nos bendice como Hijos de DIOS (Lec. 40 de 'Un Curso de Milagros'). Ley Sagrada que corrige por la Luz Santa del Espíritu tamaño yerro en cuanto -de nuevo- la aceptamos libre y voluntariamente, despertándonos milagrosa y felizmente de la tenebrosa ilusión egoica del tiempo, la carne y la muerte, porque ¡aleluya! (como nos recuerda la Lecc. 41 de 'Un Curso de Milagros') DIOS va con nosotros, con todos nosotros, sí, dondequiera que vayamos y estemos.

KHAAM-EL


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