Rellenar vasijas con veneno para ofrecerlo como néctar, por su maliciosa y funesta falsía, es de las acciones más atroces y deleznables que pueden llegar a realizarse. De igual manera, influir en las mentes perjudicándolas con discursos calculadamente engañosos, fingiendo atención, teatralizando bondad y simulando empatía con las que someter voluntades ajenas mientras se proyecta obtener escondidos objetivos particulares, es una de las mayores maldades que pueden ejecutarse y de las más difíciles de detectar, al inflar el error aparentando disminuirlo según se señalan culpables que no lo son y así desviar la atención del núcleo del engaño tramado haciendo parecer decente lo indecente e indecente lo decente.
KHAAM-EL
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