lunes, 17 de febrero de 2025

NADA HAY QUE TEMER, LA PLENITUD DE DIOS TODO LO ABARCA, AMA Y SALVA


Confía... "No hay nada que temer" *, la Fortaleza viene de DIOS, no del ego.

En cuanto a Espíritu se vive, la carne y su debilidad torna secundaria
porque ante el Espíritu Divino la mismísima muerte retrocede.
Pues bajo Su poderoso y protector manto
cabe el cosmos entero
junto con el inconmensurable espacio que lo abarca...
Contra Él nada prevalece ni limita.
De Su entraña surge todo lo creado -incluido lo humano-
y desde lo humano amando todo, uno se ama; y amándose uno, ama todo.
En ese virtuoso darse/recibirse creativo, lo humano se diviniza
trascendiendo eras, formas e índoles que entre sombras le ilumina
avanzando hacendoso hacia la Perfecta Plenitud de DIOS VIVO,
llegando presto hasta el desposorio de todas las esencias en Esencia Pura.
Para, felizmente, fundirse -en un instante santo
y por la gracia- con la Luz Pura e Intemporal Vida del Espíritu Divino
según la carne se ve como templo sagrado del ser, no como el ser de uno.
Así, si no se añora ni mira atrás como mujer de Lot lo mundano,
comprendemos -so pena de caída si se ignora- que DIOS VIVO y lo creado
ahora y siempre sobre la inmensidad perduran reales, eternos y sin mácula...
Y tras quedar borrado todo sesgo, latirán -ya sin ego- en un Mismo Amor.

"No hay nada que temer" *, la Fortaleza de DIOS nos libra del ego... Confía.

 KHAAM-EL

* "No hay nada que temer." (Lección 48 de 'Un Curso de Milagros').



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