viernes, 14 de febrero de 2025

PENSAR CON DIOS, PERDONAR Y AMAR SIN FIN

    
Todas las letras del abecedario caben en un llavero y todas sus combinaciones están implícitas en él. Empero la función de un llavero no es abrir puertas, sino portar las llaves que sí las abren. De igual manera, lo que abre las puertas del Cielo, lo que libera la Mente de preocupaciones, rencillas y pesares, lo que apertura el Corazón a la plenitud
 e ilumina y guía al Alma confusa y perdida: es el inagotable Amor de DIOS VIVO. Por eso, dirigir nuestra mente más allá de las meras palabras y atender al silencio conceptual que las posibilita y que todo lo abarca y no juzga
 (Pensar con DIOS) es la Clave de las claves.
    Ciertamente, ningún pensamiento que no sea pleno es realmente un Pensamiento ni una consciencia considerada como separada es auténticamente la Consciencia. Sólo lo eterno, santo e indiviso (DIOS VIVO) es auténticamente real; el resto, mera ilusión nada más, absurda y dolorosa percepción equívoca nada menos. Mas DIOS, al ser la mente con la que en esencia y en verdad pensamos (idea signada en la lección 45 de 'Un Curso de Milagros'), nada tiene que ver con la ilusoria mente egoica que en la identificación corporal/separativa es tomada comúnmente como real, y de la que surgen el miedo, la culpa, la ira y la muerte, y de éstas todas las estrategias y pensamientos vanos que a la humanidad crucifican.
    Y ante todo este maremágnum egoico (que, aunque lo parezca, no es real y por tanto no tiene consistentes consecuencias en nada), DIOS VIVO nos ofrece una llave maestra: el perdón sincero a uno mismo y a los demás (a todos, sin excepciones ni límites). Perdón, no obstante, que es innecesario en el Cielo donde la Inocencia y la Comunión permanecen intactas, pero que aquí -en el mundo del tiempo y la carne- sí lo es. Pues, al venir el perdón del Amor Infinito plenifica el corazón y serena la mente, restaurándonos la vivencia del Espíritu Eterno mientras libera nuestra entraña del miedo, la culpa, la ira y la muerte que tanto nos dañaba y atormentaba (idea básica de la práctica de la lección 46 de 'Un Curso de Milagros').

KHAAM-EL


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