jueves, 17 de marzo de 2016

EN LA LUZ, EL ESPÍRITU

   El destino de las cosas percibidas por los seres temporarios (incluidos ellos mismos) es desaparecer; pero, el destino de lo esencial en todos ellos es concienciar su indivisa plenitud, ante todo, en medio de la maraña de lo circunstancial y su aparente división. Éste, y no otro, es el propósito de esta vida: que recuerdes la naturaleza inmortal de lo sustancial no involucrándote con aspectos transitorios de ti. Medita. No te agarres a las cosas como si fueran una tabla en medio del océano tras un naufragio. No confundas al miedo con un aliado o tomarás a la locura por cordura; o, lo que es lo mismo, creerás que lo que nunca tendrá significado lo tiene y olvidarás la pureza e ilimitud de tu alma. No te conformes con las migajas de la mente egoica y sus miserables regalos de pronta evanescencia. Indaga. Ahonda. Introdúcete hasta el tuétano en tu tiniebla. Atraviesa ese infierno del que huyes y tú mismo construyes con tu huida. No esquives lo inesquivable para poder despertar a la Luz. ¿Por qué estás tan confuso y atemorizado? Reflexiona. No te evadas ni te escondas. ¿Qué es vida? ¿Qué es consciencia? ¿Qué es ser? Profundiza. Aquiétate. Busca en lo más hondo de tu ánimo, en lo más profundo de tu mente... una vez ahí, permanece, contempla el presente siendo presencia presente; ahora, no luego; aquí, no allí ni allá. Mantente fluyendo sin juicios ni deseos... suelta todos tus conceptos, deja de agarrarte a ellos como si de tablas de flotación se tratase y sumérgete en este instante, en este océano que tanto temes; permítete no distinguirte de él... sé en él no dos...tú, no eres muerte, eres vida... tú, no eres conflicto y discordia, eres paz, dicha y plenitud... sí, tú eres ahora, siempre aquí y ahora, eterno, ilimitado. ¡Bendiciones! Lo esencial Es; el resto, se disuelve para no dejar rastro. ¡Iluminación! Comprenderás: No soy un cuerpo.

   La Luz florece en la ternura de lo que no conoce el miedo, exhalando su fragancia eterna con hermosa y generosa sencillez. Confía. Cuando la tentación de lo perceptivo parezca tentarte, suelta, abandona tu propio plan. vive en la indefensión; no protejas tu historia de carne, sangre, esfuerzo y frustración; sé manso, paciente, simple, constante, confiado; despréndete de tu pretender, de tu procurar, de tu justificar, de tu querer tener razón en querer ser un ego en un mundo de egos, y hallarás la fortaleza del espíritu. Estate en el mundo sin ser del mundo. No te angusties ni amargues por nada... sencillamente pasará. No enmascares segundas intenciones a tus actos ni tampoco las realices para encontrar reciprocidad, o lamentarás la aridez con la que parece discurrir tu vida no teniendo nunca suficiente. Este instante basta. Haz que sea pleno, decidiendo con sencillez, vivirlo en paz, con aceptación y desapego; no hagas nada meritorio por aplauso o beneficio personal, sigue el flujo con simplicidad de ánimo, y habrás dejado de hacer el idiota. La cordura alboreará, de nuevo, en tu santa mente. Aplicarás: No soy un cuerpo. Soy libre. Ahora puedes compartir con júbilo: La Luz ha llegado. Ningún sinsabor apesadumbrará tu corazón y seguirás enamorado de Amar; y, aunque el mundo entero juegue al macabro juego de la crucifixión contigo y contra ellos mismos, pides y aplicas, con fe, poder Amar como Dios Mismo Ama... entonces, de súbito, la comprensión ilumina tu alma: los que sufren no saben lo que hacen; creen que son la ilusión de sus cuerpos. Misericordia. Paciencia. Compasión sincera embargando el espacio infinito. Palabras de salvación manifiestas: No somos cuerpos. Somos libres. Pues aún somos tal como Dios nos creó. No hay error que no haya sido ya perdonado por Su gracia infinita. En la Luz, el Espíritu; en la tiniebla, nada. Gratitud inmensa. Servicio incondicional. Nuestro prójimo si no expresa Amor es porque cree haberlo perdido y, en su desesperación, vocifera su dolor y sucumbe a su angustia atacando a la libertad de ser feliz y vivir en paz. Más, ahora, tú, hermano de todos ellos, le tiendes la mano a todo aquel que libremente quiera tomarla y pueda salir, junto contigo, de las tinieblas; uniéndose a ti en el propósito noble y santo de retornar a Dios y Su perfecto Amor, para que en su interior, tu bendito prójimo, encuentre la infinitud del Ser que nos creó plenos en Él.

KHAAM-EL




Mira a la oscuridad sin miedo y se disipará de inmediato. 
Permanece en la Luz. Permanece en lo que eres, en lo que somos... en Lo Que Es.

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