"Jesús ha dicho: Haceos transeúntes."
Evangelio de Tomás Dídimo, 42
cada instante consumido sin consciencia plena,
es como una fría losa empujando hacia el nicho de lo yermo,
hacia la acción estéril e inútil de centrípeta pugna
que aísla a los combatientes en tiempos y mundos de diferente perspectiva.
Los cuerpos y sus personalidades de efímera arrogancia
se hacen jirones mientras gira el torbellino que lleva a ninguna quietud.
Quedarse en combate es perecer y pendular en busca de cariño fomenta soledades;
pues el amor nunca fue ni será el suave roce de lo epidérmico
ni mucho menos el estridente chasquido de afilados sables entrechocando.
La templanza del discernimiento rasga el nebuloso velo de las apariencias
con la destreza del mejor de los cirujanos.
Sin extirpar el hábito a sufrir por transitoriedades no podrá recordarse el significado del amor.
Nunca escuches al miedo como protector o la aridez fatigará tu ánimo hasta la agonía.
Una flor no florece jamás si la semilla que la contiene no se abre a la vida.
El ojo que escruta no ve cegado por sus propios juicios.
El oído que escucha según su interés es sordo a la unión esencial.
Transita sin miedo... Contémplate en el tiempo desde el 'no tiempo'
y ya no habrá misterio que te desconcierte ni muerte que pueda acecharte.
La vida lo inunda todo en un eterno flujo ilimitado de bienaventuranza infinita.
Jamás traiciones tu ser por un particular premio
ni busques el calor del aplauso por temor a la fría indiferencia.
El sensorial deleite es transitorio y tras su breve dulzor se esconde tal agrior
que envenena al alma con angustiosas comparaciones de rencorosa lucha
que sólo quiere perpetuarse en su insensato sufrimiento de sacrificado empeño.
Es un sinsentido sucumbir a los sentidos...
Buscar placer en el mundo es lúgubre cárcel,
ya que rehuir lo más íntimo y puro conlleva la febril e insidiosa locura de lo egoico.
Mira bien y no te distraigas... establecer el hogar en este mundo pasajero,
anhelando agasajo para tus actos e ingenios, es dolor y ruina del alma.
La mentira y el deseo engendraron la congoja.
El dolor y la culpa trajeron todas las lágrimas.
No desciendas al averno ni pongas tu esperanza en duda...
Aférrate tan sólo a lo eterno y despréndete sin tardanza del resto
para que la dicha colme tu corazón enamorado como nunca jamás antes.
Sal de tu caverna oscura puesta toda la fe en lo esencial e infinito...
ahora, únicamente, el Amor será tu segura guía por la vertiente ascendente de la luz,
pues sabes que nada hay en el trasiego de las formas que ofrezca plenitud y vida.
Sí, ahora, estás presente y crepitas feliz junto a la gracia que siempre te acompaña
en el milagro de la vida entregada para la resurrección del espíritu de la corporal mortaja.
Camina... Camina... Camina sin mirar atrás.
Camina... Camina... Camina siendo lo presente.
Camina... Camina... Camina sin tardanza ahora.
El Amor, que en/por Dios tú eres, ilumina por completo la senda que transitas
de vuelta a tu santo y perfecto Hogar en el corazón Divino.
KHAAM-EL
Sigue la música que suena en lo más hondo de tu alma...
Asciende hasta la luz eterna transitando con fe más allá de las formas.
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