martes, 15 de marzo de 2016

TEN PACIENCIA Y CONFÍA... + .

   Ten paciencia y no corras detrás de las cosas creyendo que sin ellas no serás feliz; ni, menos aún, exijas a los demás que realicen tus expectativas, o, sin duda alguna, terminarás confundiendo aquello que es verdaderamente importante con meras pamplinas y nimiedades. Fluye en el presente. Contémplalo todo sin dejarte arrastrar por impulsos arrebatadores o prisas mal disimuladas. Sé fiel a la Verdad y ella -lealmente- te hará libre de todo temor y de todo mal. No te preocupes por nada. Comprende que este instante que vives en relación con tu entorno es tanto el resultado de tu pasado como de tu proyectado futuro; puesto que, este momento dado representa la confluencia de tus temores y culpas pasadas entremezcladas con tus deseos y expectativas venideras. Por eso, desde lo egoico, sólo se repite, una y otra vez -como en una interminable letanía-, el mismo pasado/futuro de siempre; como si, por arte de birlibirloque, pudiera llegar a ser diferente en algún mágico momento por llegar. No busques ningún cenit o declinarás, pues lograr un fin es comenzar a morir; al igual que, cuando a un pastel se le pone la guinda está listo para ser devorado. Detén tu apresurada inercia irreflexiva y no te des por supuesto. Reflexiona. Indaga. Ten presente y en gran estima la siguiente frase de 'Un Curso de Milagros': "La paciencia infinita produce resultados inmediatos". No fabriques más paradojas imposibles y no te dejes engatusar por las apariencias. Sólo el final de los fines te lleva -sin dilación- a antes de todos los principios. Mantente presente en el presente con consciencia clara y desdramatizada. Persevera en la íntima serenidad mental y haz lo que debes. Suelta el miedo; suelta el deseo; nunca han sido diferentes, ni podrán llegar a serlo jamás. 

   Practica la vida simple en lo cotidiano y no sólo algunas veces cuando no puedes más. Sé constante en la fe sobre la inacabable bondad de Dios que a cada paso nos muestra el camino de vuelta al Hogar si le dejamos confiando por completo en Él. No corras de un lado para otro buscando las búsquedas inacabables del ego y encuentra, donde siempre eres, en el presente. Aquieta el frenesí temporario. La paciencia sin límites trae lo infinito ahora. Desdeña las suspicacias. Todo irá perfectamente si no te inmiscuyes. No le busques una solución a aquello que nunca ha sido realmente un problema salvo en ilusiones. Preocuparse es sobreponer a lo que ocupa el presente temores inútiles nacidos de desconfianzas pasadas proyectadas hacia un supuesto porvenir. Perdona tus propias memorias interesadas actuando sin condicionamientos de sesgada índole particular y, sin sacrificios ni grandiosas batallas personales, obtendrás la plenitud de lo singular y unívoco. Pacifica tu ánimo y no te dirijas a conseguir lo que desaparece, o estarás en continua lucha con todo y con todos. Ahora es y ya está. Deja que pase lo que pasa y estate en lo que perdura allende tiempos y espacios. No tiene objeto seleccionar objetivos cuando lo subjetivo envuelve todo objeto por la transitoriedad de los mismos. Soñar no tiene consecuencias reales. Ten fe y verás más allá de las apariencias. Que tu propósito sea la Verdad ante todo y los medios te serán dados, ya que dar y recibir son una acción indivisa en lo real. No te impacientes. No desesperes. Es fácil, cuando uno no se quiere distraer con problemáticas de personal hechura que no tienen cabida alguna en lo universal. El Amor significa unicidad y universalidad más allá de cualquier seductor distanciamiento especial que finalmente acarrea más quebranto que dicha. No hay deseo que pueda tentarte a errar cuando confías en la confianza de lo pleno, santo e íntegro. 

  Todo es mucho más sencillo de lo que a primera vista parece desde la miopía de lo personal. Confía en la lealtad de lo Leal y serás salvo de toda tentación. No te apresures en pos de lo caduco. No manifiestes, ni creas, ni sostengas ambigüedades tajantemente. Sé esencialmente ecuánime. No sucumbas al drama queriendo atrapar romances, o prestigio, o poder, o placer, o riquezas, o cualquier personalismo inmaduro... Abraza confiado el presente en toda su amplitud, por amenazador que parezca, y lo contradictorio, que por sus anversos y reversos es una misma ilusión, se desvanecerá sin dejar huella en tu mente. Te relato lo que sigue como metáfora o parábola que puede ayudarte a elegir de nuevo en favor de la Verdad y el Amor: Se acercaron seductoramente el miedo y la mentira maullando y ronroneando para salirse con la suya; más, de inmediato, la Verdad con firmeza imperturbable ladró. A continuación el miedo y la mentira se erizaron, bufaron, y sacaron sus afiladas uñas listas para herir y salirse con la suya; pero, la Verdad leal y rotundamente volvió a ladrar e, impotentes ante Su entereza, la mentira y el miedo salieron huyendo despavoridos para no volver nunca más. Moraleja: cuando sientas a tu paz de espíritu menguar ante los embates del mundo, dite/dile este poderoso mantra: Guauuu, guauuu. Y, la paz y la dicha volverán a tu consciencia.

   En la Verdad no hay obstáculo que no haya sido ya vencido. Ten paciencia y confía, aunque a veces todo parezca venir del revés, los milagros te devolvieron al Cielo... ¡sé feliz! ¡Bendiciones!

KHAAM-EL 




Ten paciencia y lo incondiconado libremente fluirá. 

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