"Pero ahora, habiendo muerto a lo que nos ataba, hemos quedado libres de la ley, para que sirvamos en la novedad del Espíritu y no en lo antiguo de la letra."
Romanos, 7:6
Ciertamente todo es mucho más fácil de lo que parece. La Verdad no es complicada, tan sólo lo parece en el encorsetamiento del legalismo del antiguo y doloroso razonar del mundo. La Verdad se abre en nuestro interior como una Visión nítida y liberadora que nos renueva en la dicha plena de la vida eterna. No mires con ojos arcaicos. no contemples la vida con aprendida desconfianza, o te sentirás desdichado y angustiado. Comprende que, si se mira el entorno con ojos temerosos y egoístas, a simple vista, lo percibido se muestra complicado, variable, amenazador, enrevesado y condenatorio; más, si es contemplado con apertura de miras, por encima de personalismos enjuiciadores y perspectivas de particular hechura, todo es reconocido ahora en su común esencia, en su inmediata sutileza de profunda e inclusiva completitud, en la luz del Espíritu que concede perfecta salvación.
Nada hay imposible para la Verdad. No temas. No escuches las voces que claman por lo mundano y escucha únicamente a la Voz de la Verdad que, en lo hondo, te llama. Permítele y agradécele que borre toda dificultad de tu vida, dejándote sólo con lo esencial... el Espíritu viviente. Las palabras siempre se quedan muy, muy cortas, para referirse a lo irreferenciable. Ahonda... Medita... Indaga... Reflexiona... Conoce... Que algo no pueda ser explicado conceptualmente no significa que ese algo no tenga significado. Antes bien, aquello que puede ser explicado ya no es -en puridad- cierto, puesto que lo explicable es, a su vez, cuestionable; y, todo aquello que puede cuestionarse no es, en sí mismo, veraz. Es por esto que lo percibido, lo sensitivo, lo objetivado, por muy claro que quiera mostrarse con teorías y dogmas, siempre será esquivo y debatible con recurrente insatisfacción; tornándose, tarde o temprano, todas las explicaciones espaciotemporales en pretenciosas e impostadas definiciones, a consecuencia de sus inestables e imprecisos postulados ingeniados procurando ser definitivos, cuando jamás lo han sido ni lo podrán llegar a ser. La Verdad, sin embargo, a diferencia de lo perceptivo y cambiante, no es misteriosa o arcana, no se encuentra en lugares remotos ni está más allá del alcance de este mismísimo instante... está impresa en lo más íntimo y esencial de ti... es más tu ser que el ser que imaginas ser, porque ella es la vida y la dicha, la plenitud y la sencillez, la perfecta unicidad del Amor que te alienta eternamente. No se descompone en partes ni puede entenderse conceptualmente. No es objeto ni sujeto... es indefectible cohesión infinitamente presente.
Sé en el Amor y no en el miedo. Alégrate, pues, de que la Verdad no sea para nada complicada y permite, con tu confianza en el Espíritu, que lo superficial se borre de tu vida para que se posibilite el milagro de lo simple y sencillo, de lo puro y feliz, de lo eterno y santo. Morir a lo que muere es servir a lo que vivifica... No sujetarse a las rigideces de la ley mundana, que enquista y mata, nos lleva a lo nuevo del espíritu, que libera y resucita del sueño de la carne. El Espíritu comparte y extiende Verdad, con sencillez y constancia, dese una experiencia viva de certeza incomparable, inefable y rotundo claror de ilimitado ámbito consciente de ser consciente en indivisa consciencia. La Verdad es Verdad, sin opuesto, y el resto no tiene significado. Nada que valore diferencias es cierto. Las palabras. al igual que todos los símbolos comunicativos, pasan y se desvirtúan con el transcurso de las edades; más, el Espíritu que las alienta permanece indistinto y firme. Todo lo hasta ahora dicho no pretende, en absoluto, ser entendido, tan sólo invita a que tu atención se dirija hacia la sutilidad apuntada burdamente por las palabras, para que lo evidente, en su simplicidad, sea totalmente manifiesto para ti. La Verdad es real y lo que no es Verdad, es ilusorio. El Amor es indiviso y todo abarcador; luego es Verdad... Ama, entonces, sin medida, y vivirás de Verdad. En esto descansa la paz de Espíritu... la comunión con Dios (Lo Eternamente Inefable Ahora). Conceptualmente inexplicable; por eso... Sencillo... Real... Vivo... En Plenitud.
KHAAM-EL
¡No temas! Y escucha y cree a la Voz de la Verdad que te dice que en Su gloria eres salvo.
Sé en el Amor y no en el miedo. Alégrate, pues, de que la Verdad no sea para nada complicada y permite, con tu confianza en el Espíritu, que lo superficial se borre de tu vida para que se posibilite el milagro de lo simple y sencillo, de lo puro y feliz, de lo eterno y santo. Morir a lo que muere es servir a lo que vivifica... No sujetarse a las rigideces de la ley mundana, que enquista y mata, nos lleva a lo nuevo del espíritu, que libera y resucita del sueño de la carne. El Espíritu comparte y extiende Verdad, con sencillez y constancia, dese una experiencia viva de certeza incomparable, inefable y rotundo claror de ilimitado ámbito consciente de ser consciente en indivisa consciencia. La Verdad es Verdad, sin opuesto, y el resto no tiene significado. Nada que valore diferencias es cierto. Las palabras. al igual que todos los símbolos comunicativos, pasan y se desvirtúan con el transcurso de las edades; más, el Espíritu que las alienta permanece indistinto y firme. Todo lo hasta ahora dicho no pretende, en absoluto, ser entendido, tan sólo invita a que tu atención se dirija hacia la sutilidad apuntada burdamente por las palabras, para que lo evidente, en su simplicidad, sea totalmente manifiesto para ti. La Verdad es real y lo que no es Verdad, es ilusorio. El Amor es indiviso y todo abarcador; luego es Verdad... Ama, entonces, sin medida, y vivirás de Verdad. En esto descansa la paz de Espíritu... la comunión con Dios (Lo Eternamente Inefable Ahora). Conceptualmente inexplicable; por eso... Sencillo... Real... Vivo... En Plenitud.
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