jueves, 24 de marzo de 2016

JUEVES SANTO +

   "Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles, y les dijo: 
   -Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes de padecer; porque os digo que nunca más volveré a comerla hasta que se cumpla en el reino de Dios.
   Y, habiendo tomado una copa, después de pronunciar la acción de gracias, dijo: 
   -Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que de ahora en adelante no beberé del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.
   Y, habiendo tomado pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: 
  -Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; haced ésto en memoria mía. 
   De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: 
 -Esta copa es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros."
Lucas 22, 14-20

   Medita en la acción viva que representa la cena pascual que compartió Jesús con los suyos... Ahonda en como nos muestra la fraternidad y entrega de la vida del espíritu... Intima con su desprendida y genuina motivación ejemplarizante, por ese darse hasta el final que derrota humildemente a la tibieza del mundo, atravesando la incomprensión, el desprecio y la angustia de muerte en la cruz con la que el mundo, en su ciego egoísmo, le paga su Amor... Profundiza en lo sustancial y vive en la hermandad universal de la filiación divina.

   No rehuyas los embates y padecimientos del mundo; persevera en el día de la tribulación, confiando con paciencia, mansedumbre y generosidad de ánimo, en la paz de espíritu. Renunciando a los éxitos y placeres mundanos nos desapegamos de la molicie que trae el horror de lo mortal. Siguiendo los pasos de lo esencial, ya no puede haber pérdida; pues, todo aquello que el mundo adora se nos muestra tal y como en verdad es... algo sumamente arrogante y banal, grotesco e insignificante. Defender la propia imagen es perecer en su transitoriedad. Únicamente atravesando con consciencia la muerte, junto a todas las angustias que ésta conlleva, revestidos en Cristo hallamos verdadera vida. No te apegues a evadir el sufrimiento con las cosas del mundo y atraviesa los sucesos día a día, mediante la oración, el perdón y la meditación... Viviendo con compasión, sin significar al miedo, entregando la vida en un perpetuo presente de confianza plena, se resucita a la Verdad del Espíritu inmortal. La muerte no existe salvo para el ego y su ídolo de carne y tiempo. Recuerda y aplica las palabras del Cristo en Jesús, en Mateo 16, 24-26: "Entonces Jesús les dijo a los discípulos: si alguno quiere venir en pos de mí, tome su cruz y me siga. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará. ¿Pues de qué le servirá a uno ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿o que podrá dar para recobrarla?".

   Que todos los días sean como el último; que todas las cenas sean la última cena. Que el símbolo que nos muestra la festividad del Jueves Santo, en el que se nos muestra como relacionarnos entre nosotros (El Cristo en Jesús lavó los pies a sus discípulos -Juan 13-, exhortándoles a comprender que el primero para el reino de los Cielos es todo aquel que sirve de corazón a su prójimo y que, a su vez, comparte con él mesa y propósito, al instarlo a unirse al firme empeño de seguir la Voluntad de Dios). Por esto, ten siempre  presente, cuando te reúnas con tu prójimo, que ese encuentro es un encuentro santo. Comparte el pan y el vino; regocíjate en la hermandad del espíritu, y da gracias por esa alianza nueva de comunión en el afán de extender el Amor de Dios a esa humanidad confusa, sufriente y desconsolada que gime en su furia de desesperanza, para que, mediante la fe, hallen claridad y consuelo con el que se pacifique su corazón y viva agradecida a la providencia que salva por la dación de sí... Pues, en la claridad de vivir en la luz del perdón y en el consuelo de consolar en la alegría de la vida eterna, los milagros transforman al siervo -o discípulo- que se negó a sí mismo (abjuró del ego) en la plenitud del Amor para que recuerde de nuevo -compartiendo la buena nueva de lo Santo- que nuestro ser, nuestra esencia, nuestra alma, es pura, santa y eterna; tal como Dios Mismo la creó antes del tiempo y el espacio, antes del mundo y sus ilusiones vanas, antes de cualquier principio o final, antes de todo antes... en la perfecta infinitud del Ser... Creador y criatura en indisoluble comunión.

KHAAM-EL



Abandónate al abrazo infinitamente amoroso de la eternidad.
No te agarres a lo que muere. 
No busques infructuosamente en el mundo tu hogar.
Pierde por Amor la vida y la hallarás en plenitud.
Toda ferviente oración es escuchada. 
Todo servicio y compartir sincero es reconocido.
Criatura de Dios no te sientas más como un extraño en el Cielo... 
a Dios le importas siempre.
Ama sin media y te sabrás amado por siempre.




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