ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS

   Recógete en la intimidad del alma, con el corazón totalmente entregado y dale gracias a Dios. Regálate y regálale a tu prójimo unos momentos de sincera oración. Nunca está de más pasar un tiempo de oración y gratitud para con nuestro Creador. Y poder, así, vivenciar Su cercanía, escuchando en el bendito silencio interior, qué es lo que Él quiere que hagamos a continuación. Recuerda lo que dice Un Curso de Milagros sobre la oración: 'La oración es el vehículo de los milagros. Es el medio de comunicación entre lo creado y el Creador, Por medio de la oración se recibe amor, y por medio de los milagros se expresa amor." 
   En verdad, todo aquel que ora constantemente vive feliz y en paz; haciendo, sin temor, lo que debe para el bien de todos en esencia y plenitud. Por eso, si te place y nace de tu natural disposición, te invito -a continuación- a una acción de gracias que puedes recitar cuando sientas flaquear tu ánimo y verte tentado por la duda, la identificación corporal o el temor. Dile, a tu Creador, agradecido y esperanzado:

   Te doy gracias ¡oh, Dios! por Tu infinita misericordia, y no me avergüenzo (aun reconociendo que en Tu infinitud no hay nombre que pueda nombrarte) de proclamarte y decir Dios ante los hombres y mujeres de este mundo, mis hermanos; porque, decir Dios, en esencia, es proclamar Tu realidad innombrable frente a la arrogancia y vanidad de todo lo nombrable. Descanso en Tu gracia y fortaleza; y desdeño, con prontitud, la vergüenza y el temor a proclamar que creo en Ti, Innombrable, Santo y Perfecto Dios Eterno. Creo que solo aquel que únicamente pone sus esperanzas en Ti es salvo. Creo en tu Amor Infinito. Creo en la Verdad Infinita que Eres. Creo en Ti, ¡oh, Dios! más que en todas las ideas que tenga acerca de mí mismo y del mundo que percibo. Creo en Tu Creación Bienaventurada y Plena. Por eso, creo en la impecabilidad de mi prójimo, que en esencia y en verdad es vida eterna, puro amor, uno en/con Tu Ser Infinito. 

   Gracias te doy, por esta Perfección Tuya que es lo que quiero, ¡oh, Dios! recordar, aprender y enseñar, con todo mi corazón, con toda mi mente, con todo mi ser, mientras me encuentre aparentemente en este mundo transitorio, tan cansado, dolorido y confuso. Quiero vivir en Tu Gracia, para que todos vivamos en Ella como Tu único y amado Hijo... ya que mi prójimo es uno conmigo en Ti. Quiero la Verdad y el Amor, y 'el que pide recibe'. Por eso, querer es poder, cuando el anhelo ardiente por lo veraz prende con vehemencia en el corazón, hasta el punto de entregar por completo la particular vida que uno cree tener a lo que Tu Voluntad disponga. Sí, querer es poder, cuando, por Tu Gracia, sólo se quiere Tu Voluntad, y ya no hay ningún obstáculo, ni siquiera la propia personalidad (que era el mayor de ellos), que pueda detener a aquel que Tú Mismo, ¡oh, Dios! has llamado a Tu vera. Por eso, te digo ¡sí, quiero! ¡Acrecienta mi fe en Ti y mengua la que tengo en mí ¡Hágase Tu Voluntad y no la mía! ¡Gracias!¡Oh, Dios! Hoy es el fin de lo que creía en finales y principios, de lo que creía en mitades y partes, en sacrificadas evoluciones de personales mejoramientos y en el pavoroso ciclo de nacer para morir. Gracias por el perdón y la redención. 'No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aun soy tal como Tú me creaste'. 

   Te doy gracias ¡oh, Dios! porque hoy, siempre hoy, muere la muerte. Y sólo la vida tiene verdadero significado ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡oh, Dios! Úsame para extender tan Buena Nueva y acaba con mis traicioneras dudas y malvados resentimientos. Te pido, humildemente esperanzado y lleno de fe, el milagro de la total corrección de mi mente. El ego no existe. Tu Hijo, sí. Por tanto, quiero confiar ¡oh, Dios! en Tu Misericordiosa Gracia por siempre, para que al tiempo le llegue su fin y todo sea como antes del principio... Comunión y Plenitud. ¡Gracias! ¡Abba! Amén.

KHAAM-EL

Dale gracias a Dios y órale de corazón... vivirás lleno de fe y amor.