sábado, 26 de marzo de 2016

LO INDIVISO

   La imaginación de la relación de los opuestos falsea la realidad; ya que irreflexiva fantasea con una independencia respecto a su supuesta contraria. Lo dividido en lo que es indivisible tan sólo es vana apariencia de frágil base o demostración... Construir lógicas desde lo ilógico no trae más que dolor y sufrimiento. La atención indiferenciada sobre lo diferente disipa el sueño de las sombras y trae luz al ahora. Relacionarse con conceptos y memorias de personal índole, tomadas por fundamentos óptimos, es una acción pésima que aísla de lo sustancial; compartir lo esencial vivifica en la unicidad del ser. La plenitud nada tiene que ver con partes.

   Ahonda en lo esencial y no estés a merced del tiempo; antes bien, que sea éste el que esté en tus manos, pues el tiempo y las formas que en él surgen no tienen significado ni poder en la eternidad. Por eso, cualquier frase, atisbo, reflexión o Escritura (Evangelios, Upanishads, Advaita, Tao Te King, etc) que apunte hacia lo indiviso e ilimitado, es una expresión de Amor que jamás puede quedar desfasada o trasnochada. Pues, lo esencial en ellas es ese sutil y, a su vez, poderoso 'desde donde' (Consciencia plena) fueron expresadas para el bien de todos, merced a la indisoluble comunión del espíritu. Comparar tiempos pasados con los llamados presentes, en referencia a otros venideros de evolucionada perspectiva, no es más que vana ilusión que prejuzga la época anterior con arrogante insensatez, por lo que acaba cometiendo los mismos errores que desprecia o acusa. Juzgar pretende fragmentar lo indiviso y pleno a su gusto particular. Abandona el sueño del tiempo y sus efímeras formas no queriendo montar en él tu hogar y permite que sea un recurso de enseñanza para la expresión sincera del perdón... ese claro mirar de acción liberadora que nos devuelve al Amor. Confía y vive presente y sin miedo. No compares y ahonda en lo profundo, en lo íntimo, en el instante... Lo que es Verdad es Verdad y punto; siempre aquí y ahora... opinar es pelear contra todos y contra todo, dañándose a uno mismo; porque, no hay nada realmente separado en lo indiviso. 

   Dicho lo anterior. Medita en la siguiente observación de Baruch Spinoza: "Puedes tener luz sin sombras, pero no puedes tener sombras sin luz." 

   Ahonda en lo sustancial y no creas saber lo que no sabes; entonces, verdaderamente sabrás al no estar distraído con meras apariencias. Pueden proyectarse sombras en la luz, pero la sombra no sabe de la luz; consecuentemente, puede la dicha imaginar desdicha, pero nunca la desdicha tendrá dicha; puede haber entendimiento sin confusión, pero no es posible tener confusión sin previo entendimiento; puede la consciencia soñar, pero lo que sueña no tiene ni idea de como despertar. Es por lo referido que podrías tener el don de la profecía, o de las lenguas, sanar enfermos o incluso resucitar a muertos, pero si no tienes Amor no tienes nada; pues lo único que tendrías serían sombras, cosas pasajeras relacionadas conceptual y perceptivamente. Ser el más brillante de los sombríos no te dará luz. Ser el más afortunado de entre los desafortunados no te ofrecerá verdadero consuelo. Ser el más destacado de los tibios nunca te traerá certeza. Ser el más longevo de los perecederos jamás te librará de la muerte. Si no Amas siempre tendrás desconfianza y miedo. Lo que no es pleno, lo que no es para siempre y para todos, no es verdadera dicha, no es verdadera paz, no es verdadero Amor. Y esas frases de Buda y Spinoza, que han venido a colación en este escrito, y la de Juarroz que viene un poco más abajo de estas líneas, nos muestran y demuestran que la dicha real, la paz real, la vida real, no son independientes de la relación indivisa, luminosa, plena o santa... ahora... en el inmediato instante.

   La pureza se encuentra siempre allende toda falsedad, doblez e imaginación... El pecado es un error de juicio. Únicamente, la dicha pura existe, justo en este preciso instante pleno, y los conceptos e ideas impuras, tan sólo son aspectos transitorios. Y, aquello que es transitorio es, a todas luces, irreal. Puede aparecer lo efímero, puede aparentar variar lo inmutable; pero, lo inmutable ciertamente no dejará nunca de serlo en esencia y en verdad. Ya que, la transitoriedad no puede abarcar de ninguna manera lo inmutable; al igual que la sombra no puede abarcar la luz, ni la desdicha la Dicha, ni el conflicto la Paz, ni lo ilusorio lo Real, ni la religión a Dios, ni la ciencia a la Verdad. El entendimiento humano, en su insuficiencia, no puede abarcar la plenitud de la Consciencia; y, si no hay humildad, la arrogancia pasará la factura del sufrimiento y el temor más insidioso.

   Reconocer la propia limitación te hace confiar en lo ilimitado de manera natural y sin esfuerzo alguno por tu parte; pero creer en que desde lo limitado puede alcanzarse u obtenerse algún día lo ilimitado es vanidad, es orgullo, es mortificación, es fracaso. Y, ojo, lo mundano está empecinado en fabricar leyes buscando armonía universal partiendo de una discordia personal; y todo aquel que quiere tener razón en su dolor, en su miedo, en su pequeñez, en su personalidad no puede experimentar el Amor. Antes se ha de rendir al miedo y su propia discordia. Debe de abandonarse toda relación comparativo/conceptual y ahondar en lo indiviso, en lo esencial en uno, en lo sustancial y eterno, para que pueda ser reconocido en todos y en todo. La plenitud no sabe de egos ni mundos ni tiempos ni lugares ni circunstancias especiales... sabe de Amor y Dicha y Paz y Bienaventuranza y Perfección y Pureza y Eternidad... comulgando con la Divina Unicidad.  Namasté.

KHAAM-EL



Lo indiviso siempre fluye desde lo interior hasta lo infinito 
en una bellísima melodía de plenitud y vida eterna.






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