Ser honesto y congruente con el propósito para el bien de todos te incluye en él; pero ¡ojo! buscar únicamente el provecho propio, desde su exclusivismo, te excluye del bien mayor a ti también. Se recoge siempre lo que se cosecha, al igual que se recibe lo que se da. Si plantas espinos no esperes naranjas y si ofreces disimulo recelarás de la veracidad.
Contempla tu confusión y disípala proponiéndote que haya luz en tu consciencia, que haya sosiego en tu ánimo, que haya alegría en tu corazón; para poder, en tal caso, realizar lo que debes y dejar de ir a la deriva por tus temores y deseos particulares. Comprende y realiza. Desde donde actúa uno en la vida es básico para la consecución de la paz mental y la alegría genuina, o para que éstas sigan siendo esquivas. Se ha de tener muy claro lo esencial para que lo superficial deje de distraernos y de provocarnos angustias y fatigas innecesarias. Fijar el propósito con determinación pone el desde donde se va a actuar de forma natural. Por ejemplo, si el propósito es ligar, el desde donde será seductor; si lo que interesa es el dinero, el desde donde será calculador; si lo pretendido es fama, el desde donde será competitivo; y, así, un largo etcetera. Consecuentemente, si el propósito es la verdad, como señala 'Un Curso de Milagros', no puedes fracasar; pues, el desde donde provendrá de la verdad misma que pondrá los medios para que el resultado sea indiviso en ella, o, lo que es lo mismo, para que la experiencia viva en la verdad te haga libre de todas esas mentiras propias tomadas por ciertas.
Déjate sorprender por lo inesperado no proyectando más expectativas. Contempla con inocencia el presente, desde una esperanza agradecida, desde un corazón enamorado, lleno de asombro y alegría. Sólo se alcanza la libertad estableciendo de antemano no escuchar al miedo y sus estrategias; entonces la voz del amor, desde su incondicionalidad, guiará tus pasos hasta él. Y, en el amor, Dios. Y, en Dios, la plenitud de lo santo.
Acércate a Dios con firme propósito y Él (Abba, Papá) te sorprenderá de inmediato con Su Infinita Gracia. Vive por Dios y vivirás desde Él. Eternamente. Amén.
KHAAM-EL
No hay palabras para poder expresar la plenitud de ser en Dios cuando vivimos desde el asombro constante de la fe viva y sincera.
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