No hay mayor bendición para uno que bendecir sin cesar, ni mayor alegría que recordarle al prójimo su esencial y eterna naturaleza como Hijo de Dios. Vive para eso y vivirás para siempre en el Amor de Dios. No desvíes el feliz rumbo por unas cuantas relaciones de especial interés. Despréndete de querer ganar de forma particular. Entrega tus temores y renuncia a tus deseos. Confía. Alienta y aviva en ti una fe apasionada por Amar sin medida a través de la oración y la meditación, y Dios, tomándote con Sus manos, te guiará todos los días de tu vida para conducirte junto con tu prójimo hasta Él.
Te invito a que antes y después de tus oraciones te pongas ante Dios en agradecida y humilde actitud de entrega, diciéndole de todo corazón:
-¡Oh, Dios! Aquí estoy ante Ti. Dispuesto a hacer lo que Tu Voluntad disponga. Por eso Te pido que me enseñes a Amar como Tú Amas y Te ruego por la salvación de todos los que amo y también por la de todos aquellos que, aunque en estos momentos no ame, por Tu gracia amaré; porque es amándonos todos de verdad como somos salvos.
KHAAM-EL
Bendice. Bendice. Bendice... por la salvación de todos.
Y la pureza del Amor de Dios plenificará tu alma.
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