sábado, 9 de abril de 2016

ROTUNDA ES LA SALVACIÓN - AUDIO

   Tras este breve prólogo adjunto el audio de una charla en la que insisto en la incalculable bendición que nos ofrece lo rotundo y claro para ahorrar tiempo y despistes en la senda del despertar de la consciencia. La bendición universal del Amor no es un regalo personal, sino esencial... a lo personal lo desarbola; pues, todo es en todos o no es. Por tanto, nunca te tomes de forma personal los apuntes a lo inefable y su intransigencia a no justificarse; sólo nos hiere el propio orgullo. Te sorprenderá, por su inmediatez, lo obvio y sencillo que es permanecer en paz interior si no se le da cancha a los juicios personales.
   La rotundidad del Mensaje de Salvación advierte, con claridad meridiana, que creer que se puede amar u obtener algo de verdadero valor por cuenta propia sólo trae sufrimiento y complicaciones; cuando es soltando todo plan personal, en la confianza y libertad presente, al dejar en paz al prójimo no queriendo amoldarlo nunca más a que actúe según nuestros deseos y exigencias, lo que nos devuelve a la paz y dicha del espíritu.
  Es por lo antedicho porque 'Un Curso de Milagros' señala que "toda planificación es un ataque contra la verdad" e insiste también en la importancia capital del sincero acto de declarar: "libero al mundo de todo lo que jamás pensé que era". Desidentificarse de lo falso tomado por cierto es la labor esencial del honesto buscador de la Verdad. La percepción sensorial es la fabulación de una personalidad propia superpuesta a todo y ha de ser desenmascarada en su raíz semejante premisa egoísta para poder desactivarla por completo y para siempre. No hay medias tintas, la desconfianza y las estrategias, tan al uso en la mentalidad egoica, han de ser desechadas en su totalidad. Proyectar y buscar un alguien que satisfaga nuestro miedo y deseo para hacer lo que queremos que haga es el error fundamental que debe perdonarse. Es la Salvación, pues, un camino interior, constante e intenso; pero de enorme recompensa... Dios Es en lo íntimo en ilimitada plenitud. La eternidad disuelve el tiempo en su núcleo en el ahora siempre. Simple y rotundo. No hay otra. Sí o sí.

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