domingo, 17 de julio de 2016

EL PRÓJIMO *


   Vivir aislado por una cortina de prejuicios y desconfianzas fabrica fronteras de toda índole (geográficas, sociales, culturales, religiosas, económicas, etc.) frente al considerado diferente y, por lo tanto, juzgado, deshonesta y arrogantemente, como peligroso, desde ese disociativo e injusto sistema de pensamiento. Reflexiona. Medita. Ora. Ahonda. Y aplica con constancia: En mi indefensión radica mi seguridad (Lección 154 de UCDM), o tus defensas serán ataques que pretendiendo el bien hallan el mal, al fomentar el conflicto, el rechazo y el dolor, la culpa, el padecimiento y la muerte.

   No compliquemos la vida con personalismos. La sencillez de lo humilde y honesto sabe, más allá de lo conceptual, que la motivación que impele a cualquier acción es, sin duda, más importante que el acto en sí, siendo siempre más decisivo lo esencial que lo formal, el espíritu que la letra, lo devocional que lo ritual, lo integrado que lo memorizado. Pues, todo aquello que acaba por acontecerle al ser humano, y, por extensión, a la humanidad entera, es, irremediablemente, resultado de sus creencias más profundas, y nunca, aunque pretenda justificarse mediante la interpretación externa de sus actos, de lo meramente superficial, aparente y groseramente disimulado. 

  Comparte tu vida con alegría... sin avideces especiales ni particulares beneficios a costa del prójimo. Sé un peregrino a lo eterno y santo, un fraternal compañero de viaje para todo aquel que te encuentres en este mundo pasajero. Comparte certeza y jamás indecisión, perdón, mas nunca condena, paz de espíritu y no grandilocuentes treguas de agazapado conflicto. Comparte el pan de vida y la palabra veraz... unido en propósito de Amor por encima de toda mezquino egoísmo. No odies a los que odian, ni desees el mal a los que, con demente, ignorante y cruel arrogancia, lo realizan; no saben lo que hacen, por el horror que padecen en sus corazones al expulsar al Amor de sus vidas. Apacigua tu corazón, si se encuentra airado o confuso por los dolorosos imprevistos del mundo, y sanará de sus irreflexivas prisas llenas de despecho, que precipitan al tremendo e infausto abismo del sufrimiento. Revístete de paciencia, no entrando a juzgar de forma personal los aconteceres, y sé constante en ofrecer la ilimitada bendición del espíritu; pues, sólo amando se sana todo error. 

   Sepárate de lo que separa, uniéndote a los que unen; y ese noble ejemplo se irá extendiendo, sin esfuerzo ni expectativa personal, a todos aquellos que, cansados de pelear rabiosos contra los duros embates de un mundo egoísta y sin sentido, comienzan a pensar que tiene que haber otra manera de vivir y de hacer las cosas. Comprender que la rabia sólo alimenta la rabia y la frustración siempre aumenta con la venganza disfrazada de justicia es un paso gigantesco en consciencia y en verdad. Sé justo, por tanto, y no guardes resentimientos que empañen tu discernimiento... vuélvete hacia Dios y perdona todo lo que lo niega... la fe y la esperanza de salvación iluminarán tus brumas... la paz de espíritu será tu alegría y sustento, íntima certeza de comunión, que te traerá fieles compañeros de camino en tu ahora irrevocable vuelta al Cielo.

  Confía plenamente en Dios y reposarás con tu prójimo, en amigable y sincera disposición, durante las horas de descanso que la compartida jornada os trae. Ábrele tu corazón sin temor a que te lo rompa; con confianza, sin ensalzamientos ni menoscabos, sin ánimo de lucro, protagonismo o afán de renombre, con auténtica generosidad, en igualdad... Que lo esencial en la relación sea llegar juntos, acompasados y felices, al común destino de plenitud... al re-Encuentro con Dios y Su Amor. Porque la vida consiste simplemente en entregar todo el amor que se tiene (que se es) para que los otros descubran todo el amor que tienen (que son), y entonces sucede el milagro de descubrir que todos somos uno en el Amor. Somos un dar y recibir Amor. Somos esa Bendita frecuencia de pensamiento que nos une al Espíritu que todo lo vivifica.
      
  Eres Amor. Soy Amor. Somos Amor...  milagrosamente entonces todo cobra hondo sentido, nada queda excluido en esencia, todo es perfecto, todo fluye a su más sublime y bienaventurada expresión, pues somos lo indiviso e incorruptible imaginando la separación de la carne. ¡Despierta, despertando! Somos hermanos en Dios, en compartida y santa comunión, allende cualquier apariencia transitoria. 

    El prójimo siempre será no dos contigo, con nosotros, con todo, en la Verdad y la Vida.

KHAAM-EL





Únete con la melodía plenamente 
y conocerás que en la unión armónica de las notas está el equilibrio y la belleza... 
con nuestro prójimo conformamos una inefable y perfecta sinfonía en Dios...
eterna y bendita, amorosa y feliz.
Acabemos con el ruido de las notas sueltas.
Es ahora... en tu corazón enamorado de Amar.

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