viernes, 8 de julio de 2016

LA CLEMENCIA ES LA ANTESALA DEL PERDÓN - AUDIO

   A continuación de este breve preámbulo, adjunto el audio de una charla en la que remarco lo sustancial y básico que es no dejarse llevar por la inercia de responder a las afrentas con otra afrenta. Reconocido un error, sólo vale la clemencia de no entrar en lo personal, y responder, ante cualquier situación, por injusta que aparezca, con la altura de miras de ese genuino perdón, que nos unifica más allá de aparentes discordias y disputas egoicas, para que uno halle la perfecta paz de espíritu y pueda ofrecérsela a su prójimo siempre.
   Nada es personal para el Amor. En Él todos están incluidos. Cuando un semejante agrede o injuria no sabe lo que hace y se hace. No lleves cuentas del mal y acrecentarás el bien. Sé magnánimo; no acuses ni odies y serás, tú mismo, liberado de la tenebrosa prisión de los prejuicios. Abandona el miedo y la desconfianza. Se ha de liberar al corazón de la egoísta tendencia al reproche y el resentimiento para que, incluso entre ataques, incomodidades o desprecios, no se los tenga en cuenta.
   Siendo clemente con la inclemencia se apertura en el alma una rendija de bendición que es la antesala del verdadero perdón, ese que nos conduce a la plenitud del espíritu en Dios, mediante la conciencia clara y bondadosa que revela, sin ambages ni dilaciones, que en tiempo/espacio -en este mundo de cuerpos pasajeros, donde la ignorancia pasa muchas veces por saber, el miedo por prudencia y la insensatez por cordura-. no está sucediendo en absoluto nada que afecte realmente al Hijo de Dios, a la infinitud esencial del Ser, a esa pureza intemporal que nos hace uno en la Verdad indivisa del Amor de Dios. 
   Persevera, pues, con paciencia y confianza, en la misericordiosa clemencia del corazón, y retorna a tu ser mediante el perdón de todas las ilusiones que proyectabas sobre este mundo pasajero... la realidad es una... Y es, sin la menor duda, inefable.

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