miércoles, 25 de noviembre de 2015

ACCIÓN - REACCIÓN *

   Desviarse del camino recto y seguir vericuetos al albur del deseo encendido, conduce al extravío. No es complicado complicarse la vida cuando se decide en favor de la persecución de proyectados anhelos, ni tampoco es difícil desestimar lo sencillo cuando se pretende destacar, tener razón o relucir. Es, por lo antedicho, indispensable mantener la constancia en el recto pensar y recto actuar, no siendo una mera sombra que sigue automáticamente los impulsos de sus deseos y temores. Se ha de contemplar al contemplador con amplia mirada (meditación) para que éste (el contemplador) pueda ser desenmascarado como la mera apariencia vana que es y dejar de confundirlo con el sujeto. Sólo, así, la mente cesará de dirigirse a ninguna parte, al comenzar a actuar de verdad (ser libre) deteniendo su apego a reaccionar (ser esclava de sus pasiones); librándose de toparse con un muro que, obstinadamente, parecía impedirle el paso, cuando únicamente le estaba mostrando que había extraviado su ruta.

   La acción libre es siempre aquella que se realiza por Amor, sin esperar correspondencia formal; pues la acción misma ya es el fruto, principio y fin en sí mismo, una indivisa dación receptiva de inmediata completitud; mientras que la acción no libre, o condicionada (reacción), parece tener, a bote pronto, similares características a las de la acción libre, pero no es más que una parodia de ellas, porque es una proyección a futuro surgida del temor pasado cegando el presente, al desesperar por un resultado particular a sus movimientos, que no son más que una repetición del propio movimiento compulsivo e irreflexivo. Ahonda. Medita... Querer llenarse con lo que es vano deja siempre insatisfecho, siendo tal ímpetu, reacción; no acción, al ser producto de una carencia desmesurada que parece dar imaginado obtener en una esclava inercia de pensamiento a la que le llama: yo.

   Tras todo lo hasta ahora referido, te invito a ahondar en la profundidad de pensamiento y experiencia viva que sugiere la breve parábola hindú que transcribo a continuación: 
    "Un maestro le dijo a su discípulo:
   -Para despertar a la Iluminación tienes de comprender en profundidad qué es actuar, pero antes has que ver con claridad qué significa reaccionar; para poder, así, desechar esta última y perseverar en la primera.
   En este punto el discípulo replica al maestro:
   -¿Podría explicarme un poco mejor a qué se refiere?
   -Se puede resumir, sencillamente, en vuélvete y mira tu propia sombra".


   Sé acción, pues, y no vayas más pegado a los objetos de tu deseación que proyectan sombras de desasosiego y culpa. Adéntrate con imparcial mirada en lo más contradictorio de ti, ilumina la sombra, y ésta dejará de siluetarse en tu vida. Sí o sí, mantente presente, consciente, en paz, y serás libre de las mentiras de la inercia del pensamiento limitador. El miedo desaparecerá como las sombras a la luz del mediodía y sólo quedará el Amor en el perfecto mediodía del instante presente, ese instante santo donde la eternidad se abre por entero; porque sólo parecía cerrada, y esquiva (la eternidad), en la imaginaria temporalidad a la que seguiste irreflexivamente como en un sueño.

KHAAM-EL




Líbrate de las mentiras de esa sombra de ti que está tan satisfecha de sí 
y que quiere atraparte en su pequeño mundo. 
No la necesitas. 
Realmente no existe salvo en imaginaciones. 
Contémplala a la Luz del Amor... 
retorna a la acción libre y creativa de la Plenitud.





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