lunes, 2 de noviembre de 2015

LA PAZ MENTAL ES SILENCIO CONCEPTUAL *

   Buscar misterios en lo evidente es imaginar  problemas y complicaciones sin motivo. Preocuparse y buscar fórmulas mágicas para mantener o acrecentar lo que pasa es preocuparse por/para nada, porque aquello que pasa, sin remedio, mengua al que acumula. Acopiar lo pasajero lleva al desastre: ganar lo que se va a perder, sin duda, ya es perder desde el principio. Todo sube y baja, gira, se detiene y vuelve a moverse hasta desvanecerse con el transcurrir del tiempo, ese tic-tac insaciable que nada deja sin devorar. Todo aparece y desaparece, se construye, se rompe y se reconstruye hasta que no vale la pena reconstruirlo,... se nace, se crece, se enferma, se sana y se torna nuevamente a enfermar hasta que la muerte es la única opción valida. Noche y día, día y noche, semanas, meses y años, vueltas y más vueltas hasta colapsar. Desear es morir, mientras que asir es perder. No hay salida feliz en el tiempo. No busques más por esa senda o te perderás en la niebla de lo variable y te precipitarás al abismo. Mira de frente al miedo y no rehuyas su fantasmagórica mirada, hueca y putrefacta. Escudriña con honestidad tu mente, observa atentamente tu identificación corporal. ¿Eres tú el cuerpo o es el cuerpo una idea tuya? No respondas a la ligera o puede que te equivoques, y un error en la respuesta puede llegar a ser muy doloroso... meditar, aquietarse y reflexionar con consciencia, es vital para la dicha y sosiego íntimos. Detener de inicio el impulso a agarrarse al mundo es avanzar deprisa hacia la paz mental. Cuanto antes se te haga patente esta simplicidad, mejor. Ya que, llenarse la cabeza con teorías mil, o expectativas al gusto del deseo personal, desaloja de la mente la quietud natural del alma. Quédate en el centro de la consciencia, ahora mismo, aquí mismo, sin historia ni historias, sin  pareceres, sin criterios o disquisiciones personales, sin supuestos, deliciosamente inmóvil en el pensamiento, y, sin previo aviso, toda la paz... porque: la paz mental es silencio conceptual.

   Resuelve contemplar, en la luz del ahora, toda sombra que quiera siluetarse en tu vida. Estate bien presente. No divagues más allá del ahora, sigue su flujo de constante cohesión... todo va bien, si no te inmiscuyes con temores y anhelos. Imaginando te alejas de lo real y se oscurece lo presente, el ahora, ese único instante, exacto, preciso, perfecto, de retorno a lo eterno; porque, sea cual sea la circunstancia percibida o el perceptor idealizado, él (el presente) se mantiene inmaculado. No des nada por supuesto -incluido tú mismo-. Proyectarte en lo conjeturado y concebir la felicidad como resultado de relaciones ajustadas a parámetros particulares, o a la mera satisfacción de adquirir comodidades específicas, lleva al sacrificio, y su inseparable fatiga, que termina por abocar en el resentimiento y traer el amargo abatimiento de ánimo del que no le encuentra ya ningún sentido a vivir. Tan sólo aquel que suelta todo apego encuentra el tesoro intangible de la paz mental. Ahora es perfecto en su simplicidad esencial. Cualquier circunstancia varía; mas lo nucleico permanece, tal como el fondo del océano no se ve perturbado por los vientos que agitan la superficie. Sujetar o procurar controlar lo que está sujeto a cambio es necio, pues es imposible alcanzar éxito alguno.

   El triunfo verdadero, el perenne -ese que incluye a todos por igual más allá de las apariencias-, radica en actuar desde el silencio conceptual, soltando todo lazo, todo enredo, todo apaño, toda ansia, cualquier personalismo. Y desde esa espaciosidad recuperada: la paz mental, el mundo pasa a un segundo plano, dando vía libre a lo eterno e infinito, a lo santo y espiritual, a lo perfecto y bondadoso, a lo desprendido y sustancial, a lo feliz y pleno, a lo veraz e inconmensurable, a Dios y Su bienaventurada Creación. El Amor alborea ahora, sin el velo de los conceptos, en un presente redimido, resplandeciendo en lo más íntimo y sagrado de la consciencia... en un magnificente encuentro interior con la infinitud del Ser... Sat-Chit-Ananda.

KHAAM-EL



Permanece sosegado en del templo del corazón... 
meditando en la roca del espíritu... 
fluyendo en el océano infinito de la paz mental.






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