martes, 24 de noviembre de 2015

NO HAGAS NADA EXCEPTO SER CONSCIENCIA PLENA

   No avives el fuego de la frustración y la ira dándole vueltas y más vueltas a los mismos pensamientos de siempre, a esos que exigen tu atención con imperiosa y arrogante compulsión. Quédate presente en el presente y comprende que la dispersión de la atención -resultante de ir tras la multiplicidad de aspectos variopintos que pululan en la impermanencia de lo perceptivo- altera la sensatez de la ecuanimidad, quemando por dentro, como si del mismísimo fuego del infierno se tratase; al dotar de significado comparativo a la transitoriedad fenoménica, e incidir -en ella- mediante el personal e imperfecto punto de vista desiderativo y preferencial, a costa irremediablemente del imparcial y sereno. Trayendo la consiguiente ocultación de la nuclear evidencia de que la sencillez y la pureza se hallan, sin duda alguna, siempre presentes en toda circunstancia, más allá de su pasajera eventualidad; e impidiendo, por tanto, recobrar -mientras se mantenga este modo de atender los aconteceres- la consciencia de que aquello que hace incomparable cualquier instante dado, los unifica a todos en un eterno y perfecto ahora.

   Mantenerse atento a lo esencial despierta del sopor de lo distractivo. Todo apunta a su final, excepto la transparencia presente que todo lo alcanza, abarca y traspasa. Nada que llegue a ser algo, queda... el devenir engulle todo lo que en él deviene. Más, la consciencia plena no deviene, sino que la misma idea de devenir es contemplada con amplitud y desapego, con paciencia y perdón. Quédate en ese mirar. Mantén la calma. No hagas nada excepto ser consciencia plena, atención presente, luz sin penumbras amaneciendo noches, quietud interna en medio de la vorágine externa, acción libre y desprovista de pretensiones personales, confiado flujo enamorado del Amor mediante una devoción que se unifica con/en/por/para ese perfecto Amor. Quédate en ese Amor. No hagas nada excepto ser presencia viva, aceptación serena aun acosado por la tentadora desesperanza, sonrisa en el llanto, alegría constante e innata aligerando el pesado lastre de la queja, escucha calma que pronuncia palabras de hermandad silenciadoras de aquellas que humillan y hieren, resuelta acción reposada de inclusiva bendición, ímpetu inorillado que todo abarca con su júbilo generoso y paciente. Quédate en paz. Mantén la calma. No hagas nada excepto permitir que la excelsa paz de espíritu te conduzca dulcemente a la eternidad, a la santidad, a la pureza y a la plenitud desmantelando un mundo de pesares, errores, miserias y conflictos... reposa en ese perfecto Amor resucitador de muertes, acógete sólo a Dios y regresa a la Bienaventuranza de la unicidad. Quédate en Dios. No hagas nada excepto ser consciencia plena en la llenura de Dios y el resto vendrá por añadidura.

KHAAM-EL



Se consciencia plena. 
No hagas nada excepto mantener la calma, 
incluso en medio de los pensamientos y sucesos más opresivos, 
y éstos, como el humo del incienso una vez consumido,
desaparecerán en la luz del Amor presente.





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