domingo, 26 de junio de 2016

PERFECTO AMOR +

   Entrégale, día a día, tu vida a Dios con convicción: 
   -Hágase en mí hoy, mañana y siempre, según Tu Palabra. Quiero aquietarme de veras, sosegarme por completo, y saber que YO SOY es Dios en mí, en todos, en todo.

   Practica eso, pratícalo con constancia, y, como señala 'Un Curso de Milagros', cada vez las palabras serán menos necesarias en tu vida; porque, las palabras del mundo, tan sólo son conceptos, rudimentarios símbolos superficiales de algo muchísimo más profundo y esencial; no las confundas, pues, con lo importante. Nunca es lo literal, siempre es lo esencial. La Palabra de Dios no es vana y cambiante como las humanas. Ve en la dirección interior y silenciosa para que se llene de quietud. Tú mente, si practicas la confianza total en Dios, se está simplificando, al dejar de confundir al cuerpo como una salida a tu angustia y verlo como un simple muro símbolo de la separación, que, ahora, puede reutilizarse como medio de expresión universal. Con la práctica sincera, ya no te encandilas con la urdimbre de las palabras y ahondas en el trasfondo que las sustancia, comprobando que la vida es inmediata y no discursiva, y que las situaciones incómodas o agradables, en sí, no son problemáticas o deseables sino se toman de forma personal. El miedo y sus limitaciones va debilitándose por la fe viva de la confianza en Dios hasta desaparecer... y, de súbito, una esplendorosa llenura vacía de conceptos sustancia el alma colmándola de Perfecto Amor. Por fin, recuerdas la única respuesta a todas las cuestiones que pudieras plantearte, la solución incontrovertible, la puerta siempre abierta de salida... aquietarte y saber, por experiencia viva, que YO SOY la unicidad, esa inefable plenitud que es no dos en Mí e, inevitablemente, en ti, en todos, en todo.

   Practicar y Hacer lo antedicho de todo corazón es elegir de nuevo; esta vez, en favor de la Verdad y la Vida Eterna. Recuerda bien que al ser YO SOY Dios en ti, en todos, en todo, no hay sufrimiento, deterioro ni muerte reales; pues, el Hijo de Dios no puede sufrir, marchitarse o morir. Comprende: al igual que YO SOY Dios no conoce sufrimiento ni limitación alguna, tú, el Hijo de Dios, eres indiviso a/en/con/desde/por/para YO SOY; pues, en efecto: El Padre y el Hijo son Uno... YO SOY es el Padre, y YO SOY es el Hijo, mediante el Santo Espíritu que YO SOY; permaneciendo indivisa la Bendición Universal en toda Mí Creación infinita y bienaventurada.

    ¡Despierta! ¡No te retrases por nimiedades pasajeras! En este Perfecto Amor reside la Paz de Dios que se encuentra más allá de todo entendimiento, suposición, palabra o imaginación. ¡Aleluya! Bendito es el encuentro interior con la infinitud del Ser, que te invita y exhorta a que retornes a Dios junto con tu prójimo que es uno contigo en YO SOY Dios, por Su Perfecto Amor.

KHAAM-EL




Vive todo sólo para Dios 
y Su Perfecto Amor será en ti según Su Palabra Indivisa.

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