jueves, 16 de junio de 2016

REPARTE BENDICIONES * *

   En el tiempo todo cambia y envejece. La fragilidad reina por doquier. No acumules lo que se pierde ni construyas tu hogar en lo que se derrumba. Permanece en la juventud del ánimo perseverante y construye un camino lleno de presente; sin sueños vanos ni ilusiones. Que tu manifestación provenga siempre de lo sustancial y no de lo aparente y decadente. Que tu contento emane de las benditas e inagotables aguas internas del espíritu... y da de beber al sediento, reconforta al fatigado y refresca a quien esté acalorado. No seas cicatero; que la generosidad y la nobleza de alma desborden tu corazón de tal manera que sólo salgan de ti bendiciones. Incluye a tu prójimo, sea cual fuere su condición, en tu sincero e íntimo anhelo de plenitud y, al no dividir, te reconocerás indiviso. Baila feliz en el espíritu, e invita a bailar a todo aquel que contigo se cruce. No te parapetes tras tus personales defensas y relaciónate de igual a igual, sin idolatrar ni ningunear a nadie, sin señalar al cuerpo y la historia a él asociada como la verdadera identidad. 

   Vive en la indefensión y la confianza, y encontrarás la seguridad de lo indestructible. El refugio del alma es la fe en el imparable caminar por un motivo santo, por un propósito de amor que abarque a todos los seres, por una eterna juventud en la pureza y la bondad. Adéntrate en el Camino de los caminos. Avanza por el Sendero en el que finalmente convergen todos los senderos. Hoya la Ruta Interior que eleva allende todo límite, gracias a la introspección y meditación honesta, constante e intensa. Sé pisada presente, mano amiga, mirada limpia, voz clara, oído atento, oración devota y que tu vida -toda- sea una ardiente y alentadora canción de júbilo. Que cada instante sea nuevo, y el precursor de otro instante renovado por la inmaculada luz de lo eterno; facilitando, tal actitud, el deshacimiento del implacable paso del tiempo con la jovial sencillez de lo por siempre joven: el espíritu.

    ¡Bendice sin tardanza! Nada queda en el olvido si proviene de lo eterno; el resto, lo que brota de lo temporal, al poco es olvidado. Mantente vigilante y no te distraigas con lo que envejece y perece. Ahonda en la vida, en su núcleo mismo, en su entraña más sagrada y menos superflua. No imagines de que se trata la vida o ignorarás lo evidente. Despierta de los sueños de muerte poniendo luz al ahora, a este preciso momento, ya.

   No te olvides, pues, de lo esencial; reparte bendiciones y comparte eternidad aun en el tiempo, para que permanezcas por siempre joven, y retornes, junto con nuestro prójimo, a la infinitud del ser que mora en nuestro interior. No dos es. Mirar afuera es imaginar; mirar adentro, comprender. 

KHAAM-EL




Que tu fe en el Amor de Dios sea por siempre joven, honesta y feliz. 
Y
¡Compártela generosamente!

No hay comentarios:

Publicar un comentario