viernes, 14 de julio de 2017

ACERCA DE LO MANIFIESTO Y LO NO MANIFIESTO *

   En la percepción limitada, lo que uno cree que es un hecho, no es un hecho; al igual que lo que se piensa, desde ese sesgado y sesgador sistema de pensamiento, no es pensar realmente. Lo que sí es un hecho, en su completitud sin par, es la profunda paz mental de la consciencia consciente de ser consciencia. Las formas de la percepción limitada variarán una y otra vez; más, si no te distraes con los juicios y creencias del ego, no proyectarás sobre ellas la limitada idea que imaginas de ti como un cuerpo. Y vivirás, plenamente, en esa perfecta paz de espíritu que siempre es -aún en la circunstancia más adversa que puedas llegar a imaginar- nuestra naturaleza esencial. Realmente es muy sencillo, la paz es un hecho, únicamente, se ha de abandonar el ansia de involucrarse en las relaciones de forma personal, no pretendiendo tener razón en nada que provenga de un punto de vista particular y, ahí, de inmediato está la paz, manifestándose clara e inagotablemente. Con lo cual, ésta nunca se había perdido ciertamente sino que, al identificarse uno con un yo separado de la Vida Plena de la Divina Unicidad, la atención se había depositado sobre ilusiones e imaginaciones sin sentido ni realidad. Más, nuestro verdadero ser se encuentra siempre en en inconmensurable paz y dicha.

   Por la constancia en la senda de la paz, en el perseverar en lo sustancial, no dejándose distraer con lo impermanente y vano, encuentra uno en su interior la infinitud del Ser. Ahondando en el significado profundo de lo que se vive, no tomándose en serio las proyecciones que ha forjado de sí y del mundo como algo surgido para perecer, ya no le otorga a los deseos valor alguno, al reconocer en ellos el origen de todo sufrimiento. Y al volcar toda su atención en el presente, en lo evidente e inmediato, no se inquieta por el futuro ni se apega a ninguna interpretación personal del pasado; permanece ecuánime, libre y compasivo. Comprende que todo sucede aquí, en la consciencia presente, para perdonar sin parcialidad alguna todas las proyecciones espacio/temporales. Y lo Despierto, lo real, puro e inefable, se vivencia nuevamente como indefectiblemente manifiesto. ¡Maravilloso! Lo real en todos nosotros, en esencia y en verdad, es indivisamente manifiesto. Lo que, desde la idea egoica de nosotros y del mundo, se percibía como manifiesto, ahora, es reconocido, por su impermanecia e insubstancialidad, como no manifiesto, y, lo considerado como no manifiesto, aquí, en el centro mismo de la consciencia consciente de ser consciencia, es experimentado directamente como lo manifiesto en virtud de su eterna realidad bienaventurada. Deja, pues de darle significado a lo que percibes sujeto a cambio y significa nuevamente lo perenne y bendito, lo santo y todoabarcador, el espíritu y no la carne.   Bendiciones y namasté.

KHAAM-EL




Manifiesta sin ambages la paz de espíritu 
y el sufrimiento dejará de manifestarse en tu vida.

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