No pongas el poder ser feliz únicamente en la consecución de tus sueños personales, o llevarás un peso innecesario que te arrastrará a la frustración y el sufrimiento. Los deseos son una carga; elévate por encima de ellos siendo consciencia presente, en paz y dicha incondicionada. Suelta tu tendencia a lo tendencioso, a lo exclusivo y separativo; suelta tu idea de Krisnha, de Dios, de Buda, de Alá, del Tao, o del materialismo y la nada después de esta vida; suelta tu apego al mundo; suelta tu particular interpretación de las Escrituras o de la Ciencia; suelta la idea que has hecho de ti, incluyendo la idea de ti como encontrador de lo Divino; porque el buscador que piensas que está buscando Eso, no es sino quien ha imaginado perder y, si lo buscas desde ese sistema de pensamiento que quiere ganar porque puede perder (el ego), seguirás perdiendo reiteradamente todo lo que obtengas. Así que lo más sensato es perder el pensamiento de perder no queriendo ganar el pensamiento de ganar.
Simplifica. No necesitas refinar una estrategia personal para procurarte dicha y paz; todas fallan. Únicamente habrás dejado de perder, de inmediato, si sueltas el ego; más, si te empecinas en encontrar con el ego, en retener posesiones y logros, seguirás sintiendo la desesperante sensación de que pierdes. Porque la manera de pensar que inició la búsqueda por sentirse carente es la que pretende inútilmente encontrar a su gusto y antojo, y seguirá experimentando la carencia en la que cree. pero ¡albricias! En la Divina Unicidad la carencia es imposible; luego, tan sólo hay que perder al perdedor que sueña con ser ganador y, entonces, sin duda, el Despertar en la Plenitud del Ser iluminará la negrura que el ego imaginaba de una vez y para siempre. No temas. Actúa sin buscar un resultado personal... suelta expectativas, angustias e incertidumbres; permanece en paz mental aquí y ahora... No es afuera el inevitable encuentro con lo inseparable sino dentro, muy dentro, en lo más hondo y santo, en la brillante pureza del alma inmortal. Namasté.
KHAAM-EL
Confía... escucha a tu corazón y no a tus memorias de desconfianza.
Actúa por Amor y no por personal provecho.
Eres libre reconócelo y recuérdale entonces a tu prójimo su libertad esencial.
Fluye y comparte la plenitud del Ser...
Agradece y bendice cada instante de tu vida como lo que es,
como una oportunidad de extender gratitud y bendición.
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