domingo, 23 de julio de 2017

NO HAY DESPUÉS NI ANTES REALMENTE *


   Realmente siempre se encuentra uno en el presente. No hay un después. No hay un antes. Nunca los habrá. En este preciso instante se encuentra toda la paz y la dicha que tanto anhelas. Transforma ahora tu sistema de pensamiento; no te quedes aplastado por el dolor pasado proyectándolo al futuro. Medita. Conoce en profundidad lo esencial. Te lo digo con toda la claridad posible: lo que soy en verdad, no está al otro lado de la pantalla que ves en algún rincón del mundo, ni tampoco en las palabras que lees o en el espacio que hay entre ellas para que sean legibles. Soy la consciencia que las hace posibles... al igual que tú... al igual que todos. No somos historias aparte viviendo aislados por nuestros cuerpos. Nuestras personalidades, con sus tendencias particulares, son ficticias en su evanescente expresión temporal. Nuestros tiempos son aparentes respecto a la eternidad. Ahonda con consciencia en la plenitud del presente. Así es en lo esencial, nunca podremos estar separados realmente... nos une, siempre, el ahora más allá de las formas, las distancias y los circunscritos significados de cambiante fachada. Lo esencial es invariable; no se diversifica ni se escinde, sino que permanece pleno e indiviso.

  Apacigua tu ansia proyectiva. No juzgues por las apariencias y ahonda en lo primordial. Queda en paz, en profunda paz mental. No te compares con las imágenes que percibes o te soñarás una de ellas. No te compares con los pensamientos que en tu mente surgen o te encadenarás a ellos. Así de simple: no alcanzarás jamás el futuro, ni el pasado tendrá nunca consistencia verdadera, por su proyectada conceptualización personal. ¡Despierta! No puede vivirse en elucubraciones. Es necio apoyarse en lo que se ha ido o querer asir lo que no está.

   Sí, todo es ahora. Nada es luego o antes. El tiempo está muerto y el ahora es pura existencia. Paúsate. Tener prisa es un retraso, porque conduce a no se sabe qué. Correr dentro de una celda no te lleva a ningún lugar diferente. Libera a tu mente de tus propios pensamientos, y... nunca más la cárcel. Eres libre, pero quieres ignorarlo. Aquiétate. Sosiega tu runrun. Escucha con devoción. Deja que el Amor, en este preciso instante, ruja como un león y vierta sobre ti la luz de la resurrección, para que toda la tierra tiemble junto contigo en el retorno al Cielo. Únicamente el ahora es consistente en su constante presencia. Sí, sólo hay ahora... Bendito y gozoso ahora; íntimo, radiante e ilimitado, ahora. Entierra el hacha de guerra y despréndete de todo escudo defensivo. Sonríele compasivo al llanto y no le des significado al miedo. Confía. Descansa en paz: la muerte no existe. Ahora, siempre ahora, la vida... toda la vida palpitando eternamente en el núcleo mismo del alma.  Namasté


KHAAM-EL




Ve al centro mismo de la mente y reconcíliate con el presente.
La paz de espíritu te devuelve la consciencia plena de eternidad y Amor.

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