Tras este escrito, adjunto el audio de una charla en la que se hace hincapié en que la visión del ego no es ver en absoluto y que donde pone el ego su atención es justo en aquello que nos aleja de la paz de espíritu que apertura la Visión verdadera, la del Espíritu, que deshace toda la ilusión de tomar al tiempo/espacio como la realidad de la vida.
La atención del ego es distracción del Espíritu, de lo real, puro y esencial; porque ver sólo lo que a uno le interesa de forma personal no es ver, sino imaginar y suponer. Y, al no ser cierto lo que piensa acerca de lo que contempla, finge saber lo que no sabe, y se acaba topando con lo que menos le interesa: el sufrimiento y la frustración que acompañan siempre al aferramiento a lo temporal y mundano.
Como esa manera de ver -la del ego- es miope, vana y sinsentido, y no realiza más que torpezas, no sirve para seguir la senda del Espíritu, que nos despierta del sueño de la carne y de la muerte. Únicamente cuando se reconoce, como señala UCDM: que el ego y el espíritu no se conocen, puede desecharse completamente la cegata visión del ego y confiar plenamente en la Visión del Espíritu, que sana al alma de su pesadilla temporal; retornándola al recuerdo impecable de lo santo y eterno, de lo bienaventurado y pleno de paz; al reencuentro con la plenitud de la Divina Unicidad. Contemplando, al fin, lo esencial desde lo esencial y perdonando las fragmentadas imágenes de la miopía de lo aparente, que había tomado por real.
KHAAM-EL
Enlace de entrada audio de IVOOX
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