jueves, 11 de junio de 2020

EL GOZO DE SER ES DEL ALMA, NO DEL EGO

   Gustar la vida con la perspectiva egoica es disgustarse constantemente bajo la presión de los juicios que consideran gravoso y rechazable no conseguir ni disfrutar lo que se anhela. Más, ver sólo desde esas memorias personales que la perspectiva egoica atesora nubla la visión, distorsionando la realidad mediante las vanas fantasías con las que el ego pintarrajea todo con la deslucida sensación de insuficiencia que busca satisfacerse a costa del mundo y del semejante. ¡Espabila! No sucumbas a la ilusa felicidad con la que este sistema de pensamiento te tienta para dejarte después, sin remedio, desazonado y abatido sino angustiado e iracundo. Mira el mirar y no te agarres al pasado, suéltalo en paz ahora... Contémplalo todo con la mirada limpia que brota del alma, que llena de gozo sencillamente por Ser, sin necesidad de un supuesto tener que empequeñece en vez de agrandar, porque acumular es un compulsivo acto que surge de la sensación de carencia. Ahonda en lo esencial. No busques afuera lo que ya se encuentra en tu interior. Una mente en paz no desea ocultar ni poseer nada en particular, pues es pura en su inquebrantable confianza en la luz bendita que la alienta eternamente. Vive, pues, con el corazón entregado, sin necesidad de protegerlo ni esconderlo, con confianza; ya que siempre es transparente el corazón amoroso. Y lo que no se esconde, ni huye ni ataca, goza de auténtica libertad... Comparte con dedicación y alegría, bendice desde un saberse bendito. El latido del corazón que expresa la plenitud del alma es tierno y firme a la vez, porque, aunque sólo desea el bien, no lo confunde con zalameras formas de relacionarse, ni se estanca en un punto muerto revestido de edulcorados alegatos que perpetúan el dolor. No te cuentes historias para no confiar. Vive siempre en alegría. En ese espacio virgen y fecundo de tu alma inmortal. Nunca se dirá en demasía: lo que no es plenamente aquí y ahora, no será nunca... escoge, sin más distracciones, la Alegría, ahora y aquí; porque, ahora y aquí, es lo único que realmente existe, sin recelos personales ni ilusorios porvenires. Sé agradecido por su indivisa inmediatez; no vivas fuera de ella, o te entristecerás deambulando por un mundo árido de sacrificios que tras darte unas cuantas migajas de vana satisfacción temporal, al poco, te las quita. No te contentes con tan famélico e insustancial reparto y comprende que lo que no es para siempre no tiene verdadero valor. Abandona los vanos intentos de ir tras futuros a la carta construidos desde pasados de dolor. Perdona todo lo que piensas del pasado y libera el futuro en el presente. Bendice y agradece la pureza de lo intemporal. No llores más. Enjuga tus lágrimas y quédate feliz... todo cambiará para bien sin desvelos por tu parte. Déjate sorprender por el asombroso poder que alberga aquí, el ahora... su inmensidad abarca universos. La calma es inmutable en lo infinito, porque el ahora y aquí no tiene límites, ya que no puede vivirse en plenitud -de ninguna manera- ni antes ni después, sino que el alma permanece gozosa y brillantemente eterna sin los pesarosos y torpes juicios de lo egoico encapotando el presente.

   Goza del Gozo de Ser. Escoge la Alegría, ahora. y, ésta, aquí, será para siempre; ya que ahora es siempre en un ámbito esencial de Plenitud y Vida. La Alegría auténtica es Verdad y el pesar es visto como la mentira agazapada que se escondía en un imaginario rincón cerrado de tu mente abierta. Anchúrate sin restricciones y destapa cualquier los rincón enclaustrado que pueda haber en tu mente. Tienes todo que ganar... nada que perder. Saca a la luz toda tiniebla y... lo tenebroso nunca más asomará su lúgubre ilusoriedad. Estate, por tanto, atento al instante que vives. La Alegría Eterna brota del Corazón del Ser, del Brillo infinito del Alma, y cualquier instante en el tiempo es puerta de inefabilidad y realización. Al fin, toda preocupación ha terminado, todo sufrimiento ha cesado, todo miedo es reconocido como imposible... Ni la enfermedad, la fealdad, la carencia, el desespero, la codicia, el odio, la vergüenza, la vejez o la muerte pueden ya afectarte, porque lo que no tiene fin es antes de cualquier principio. Lo que ha aparecido va a desvanecerse y nunca tuvo, ciertamente, significado; pero, sin duda, la consciencia feliz del ahora ilimitado permanece eternamente. Recuerda y no olvides que la vida es del Espíritu, nunca del cuerpo y su breve tiempo. Eclosiona a la luz bendita que hoy siempre refulge inmaculada. Comprende que del corazón brota la verdadera alegría y no te escondas del Amor en medio del tiempo y sus vanas historias personales. Permanece en lo incondicional. Que ni azucarados trueques ni amargos rencores te distraigan de la Dicha presente. No dudes más. No le des vueltas y vueltas a sopesamientos que te mantienen resentido de tanto enjuiciar. Perdónate y perdona. Escoge el Gozo de Ser ahora, sea cual sea tu aquí... el resto vendrá por añadidura. Dios sólo conoce la Felicidad Infinita. En Él, todos son bienvenidos y bienhallados. Deja que te encuentre, y, por la Gracia, tu vida se desplegará de manera natural hasta la plenitud del Ser... que nunca fue afuera, porque no existe nada fuera del Perfecto Amor de la Divina Unicidad que nos cohesiona e infinita.

KHAAM-EL




Decide y vivencia ser totalmente feliz
por la felicidad misma
y no por algo a conseguir o poseer...
La Verdad del Amor, 
que es del Alma y no del ego,
te liberará de todo pesar, sufrimiento o dolor;
sencillamente, porque El Gozo de Ser siempre es ahora y aquí. 


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