martes, 2 de junio de 2020

LO QUE EN ESENCIA DAMOS, EN LO PROFUNDO RECIBIMOS

   Desfallece sólo lo que se ilusiona, nunca lo ecuánime. El deseo/miedo se derrumba, desespera y deprime ante la adversidad, mientras que el Amor persevera y trasciende esa misma adversidad. Así que no te preguntes sólo por lo mundano y medita tomando consciencia de la raíz de la consciencia para que el deseo/miedo desaparezca en el esplendor de la Verdad, en la plenitud del Amor. Persevera, sí. No respondas a la vida a la ligera y ahonda. A veces, por no decir siempre, hay que soltar para dejar de sentir la sensación de pérdida y abandonar creencias para conocer de veras. Amig@, por tanto, abre la mirada del alma; la del cuerpo, sin duda, engaña. Lo que surge y desaparece en el tiempo es apariencia (no sustancia ni consistencia), falso e infructuosamente asequible o asimilable; más, comprende, jamás puede perderse lo que nunca se tuvo realmente.

   Desnuda los raídos ropajes de la carne, el alma vuela muy por encima de lo vano, ilusorio e impermanente. ¡Espabila, aquí, ahora! Y despierta del tempóreo espejismo. Ve, más allá de los sueños (hasta la real infinitud del Ser), descubriendo lo en verdad importante, lo nucleico, bienaventurado, perenne e inefable... Confía y suelta hasta el apego a soltar. No desconfíes y no te agarres a lo transitorio. Abandónate a la bondad del presente exento de recelos, libre de expectativas. Nada hay que temer. No hay dilemas ni encrucijadas en la paz del ahora... El corazón, unido a la mente en el cielo raso del Amor, sabe bien hacia donde se ha de dirigir -sin necesidad de elaborados programas o complicados cálculos- en el sincrónico vuelo de las almas ya libres de cualquier egoica pesadez desiderativa. Sencillamente, valora lo que tienes, más no te aferres a ello. Aquello a lo que te aferras, por asirlo con vehemente ansia, te hace sufrir. Aligera... Pon todo tu empeño, todo tu afán y esperanza en hollar la estrecha pero infalible senda del autoconocimiento. Salta por encima de tus propios conceptos, por encima de los conceptos de los demás, por encima de cualquier clase de concepto. Sobrevuela sin apego tanta teoría y contempla su insignificancia... Toda gloria o penuria de este mundo se desvanece con el irrevocable transcurrir del tiempo. Álzate, pues, sobre sus conflictivas pugnas y no te engañes con la inconsistencia de las formas, que quieren tentarte con mil y una noches de cuentos que sólo cuentan sus propias cuentas para sumar deseos y restar temores, que, sí o si, colapsan en la melancólica oquedad de sus apariencias sea cual sea su disfrazado resultado.

   Desenmascara la falaz mascarada egoica; de festiva, eufórica y frívola, troca -al cabo- en funesta y lúgubre. Contempla plenamente, sin intentar controlar lo que se contempla. Observa con atención e imparcial mirada cualquier instante al instante y cualquier situación con genuino desapego, siempre ahora, aquí. Nadie tiembla de miedo si antes no se ha dejado seducir por el vano oropel de las formas que, por consistentes que pretendan asomar, son como el humo. Todo habla de ti... todo te escucha a ti... todo depende de ti... de tu respuesta, o superficial o profunda; de tu decisión, o indolente o valiente; de tu compromiso, o mundano o espiritual... No te distraigas, atiende y exprésate compasivamente, desde lo más hondo y sagrado de ti. En la medida que ayudas, te ayudas; en la proporción que bendices, amas y liberas, te bendices, amas y liberas... Lo que en esencia damos y compartimos, en lo profundo recibimos y vivenciamos. Porque, aunque en un principio lo ignores, nada hay realmente fuera de ti, fuera de nadie; realmente, tod@s somos Uno... ¡Despierta, sí! Amig@, en lo sustancial compartimos la misma naturaleza divina, eterna e inefable.

KHAAM-EL



Conócete de verdad 
conociendo en profundidad la común esencia que nos alienta.
Vive el presente aquí y siempre
con confianza y entereza.
Salta sin temor por encima de los obstáculos, adversidades y conflictos 
que el mundo por un tiempo te enfrente...
Y recuerda: lo que en esencia damos y compartimos, 
en lo profundo recibimos y vivenciamos.




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