lunes, 15 de junio de 2020

LIBRES DEL MIEDO, LA VERDADERA HERMANDAD SURGE

   Justo detrás del sufrimiento, la Dicha está siempre presente esperando revelarse en su simplicidad a que no se signifique a aquél  como el único horizonte en la vida. Al igual que detrás de las montañas, las nubes, o las estrellas que vemos en la noche hay siempre un espacio no contemplado incluyendo lo visto y lo no visto por el limitado mirar del ego. Mira ese limitado mirar y verás allende lo ilusorio. No te distraigas construyendo evanescencias con tu mente y permanece muy atento a los pensamientos que bullen en ella. Aclara el juicio no juzgando desde la perspectiva personal. No confundas la claridad con la confusión ni las ilusiones con la realidad... Persevera en la consciencia presente y reconoce que se ha de ser verdaderamente ecuánime para no sucumbir a la tentación de tomar partido a favor o en contra de algo o alguien. Más allá de deseos y miedos se encuentra la Dicha de lo inseparable, la Paz de lo indiviso, la inmensidad del Amor y la Vida a las que aspiramos. Despierta pues, abandonando todo temor o personal expectativa; céntrate en lo esencial, permanente y pleno. Los altibajos emocionales son la manifestación de un carrusel de pensamientos que por su inercia giratoria angustian en un maremágnum de confusas sensaciones que coartan sin piedad la libertad de vivir en paz y en comunión con la vida toda. Medita. Ahonda. ¿Desde dónde vives y actúas? Relacionarse desde el temor y la angustia atemoriza y angustia, aún más si cabe, que el temor y la angustia de los que queríamos desprendernos.

   Observa con atención y discierne la distorsión de los sentidos corporales. El contraste emocional muestra, con simplicidad, el amargo fruto del soterrado enjuiciamiento de los pensamientos egoicos tomados como propios. No seas teatrero y no te cuentes historias para no dormir o inventes cuentos para evadirte. Es básico y, sin duda fundamental, concienciarse de la conciencia misma en su pureza original para que lo real, en su claridad, sea reconocido en su inmutable plenitud. En la forma todo es finalmente nada. No quieras agarrarte a nada, es absurdo, inútil y frustrante. No esperes a mañana o malograrás el presente con expectativas y deseos de incierto cumplimiento. No quieras estirar el pasado o estropearás tu dicha con espectrales pensamientos de nula consistencia. No puedes caminar ayer ni tampoco mañana por mucho que lo intentes. Ingerir tóxicos, en vez de alimentos nutritivos, es suicida, al igual que albergar pensamientos de angustia, dolor y muerte, no trae más que infierno. Vomita todo lo que emponzoña tu mente y no vuelvas a su macabra inercia de pensamiento... deshabitúate de tus dolorosos placeres y de su transitorio 'subidón' dejando de desear morir evadiéndote en el vivir. Asume la responsabilidad de tu manera de pensar y acepta el instante que vives con humildad. Nadie, excepto tú mismo, influye realmente en ti mismo. Atraviesa la intensidad de no seguir los mandatos de cualquier seductora rabieta victimista y narcisista para poder romper, así, con cualquier dañina inercia revestida de evanescente goce o pomposo logro.

   No te defiendas con estrategias y ve más allá de lo que crees o supones. El tiempo es una magnitud derivada de la cambiante percepción egoica que se cuenta una historia de sí en lo aparte. Encuentra en él, en cada momento, en cada ola de su recurrente tic tac, el meollo de indivisa oceanidad que lo sustenta. Elévate, con presencia ecuánime, por encima de la pulsión de la temporaria historia personal. Lo superfluo y cambiante, con arrogante banalidad, convoca al miedo en nombre de la seguridad. No hay libertad peor usada que aquella que decide imaginarse esclava y angustiada. No olvides el Amor o te olvidarás de ti mismo... Medita... Indaga... Profundiza en la consciencia misma hasta que sólo halla Consciencia... olvida el olvido que conlleva la acumulación de conceptos y teorías para, desechando lo banal, recordar aquello que sí es esencial. Por tanto se ha de comprender, cuanto antes mejor, que quedarse en el miedo, después del alivio inicial de las justificaciones que parece ofrecer, sólo trae desgracia, pesar y sufrimiento. Abandona sin más dilación cualquier tentación a relacionarte desde el temor y, tras la intensidad y resistencia iniciales, la paz y la dicha te colmarán y bendecirán por siempre en un ahora fluyente, sincrónico, milagroso. 

   Buscar la libertad con el sistema de pensamiento que nos esclaviza al temor es una situación imposible. Salir del miedo, por arduo o agotador que parezca, con constancia e inquebrantable confianza da sus frutos, al igual que tras el desierto siempre aparece finalmente la tierra fértil... no desfallezcas ni sucumbas a la absurda idea de buscar confort en lo yermo o bienestar en el malestar. Un mundo cambiante e incierto no puede ser tu verdadero hogar... camina en tu mente entregada a Dios y Su luz... no te detengas por unas cuantas baratijas y unos míseros placeres de limitada duración... camina hasta el final, y vivenciarás un súbito renacer en la felicidad del espíritu y la vida eterna. Relacionarse sin temor hermana; liberándonos de la desconfianza egoica y permitiéndonos reconocer lo esencial de lo que nos une al no significar, nunca más, lo que parece separarnos. Comprende, con sencillez, que nada puede ir mal cuando desde la libertad, únicamente, anhelas libertad y cuando desde el Amor sólo quieres Amor... la luz dirigiéndose a la luz... lo bienaventurado compartiendo bienaventuranzas... ¡Alégrate! Todo irá bien si tú, en verdad, así lo quieres y agradeces, porque todo aquel que, con honesto ahínco, busca la Verdad por Ella es liberado. Confía y no temas... nunca hubo tinieblas en la luz ni división en la Unicidad; jamás habrá miedo en el Amor, mentiras en la Verdad o desconfianza en la auténtica Hermandad de Espíritu.

KHAAM-EL




Atiende al núcleo de los núcleos,
al hondón de lo sustancial.
No escuches a los perversos consejos del miedo 
que únicamente traen rencor, soledad y tristeza
diciendo buscar lo contrario.
Hermanémonos, amig@, con el prójimo en esencia y en verdad,
relacionándonos con total y sincero Amor,
sin límite ni condición alguna
que prevalezca sobre la sencillez de Lo Incondicionado...
Y la alegría y la paz de Espíritu 
serán de nuevo plenas en nuestra Alma indivisa e infinita.



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