domingo, 28 de junio de 2020

LA GRACIA DE LA PRESENTE CLARIDAD


Encerrarse tras la supuesta seguridad de las formas
valida la sensación de peligro que quería erradicarse
por la idea absurda de que la vida puede ser contenida
o delimitada por los burdos parámetros perceptivos.
Despréndete de la cáscara de los pensamientos
estableciéndote en el núcleo de la consciencia.
El cielo es inafectado por el granizo
al igual que el sol no deja de brillar aunque no lo miren.
Mantén la lámpara del corazón encendida...
No cierres los ojos a la Luz
ni retires tu mirada de la sagrada senda
que a la plenitud conduce,
que a la realidad te lleva,
pues Dios Mismo aparta cualquier obstáculo
que el egoico percibir jamás haya ensoñado.

No agredas, escondas ni defiendas,
o atacarás tu dicha escondiéndote
de la esencia común que no tiene rival.
Comprende que renunciar a lo mundano
no es perder, sino ganar lo imperdible.
Confía, nada has de agarrar o retener.
Sí, tan sólo confía,
aunque, a veces, la plenitud parece imposible,
es lo único realmente posible.
No pretendas entender... y conocerás.
No pretendas que te entiendan... y reirás.
Haz de tu alma un recipiente vacío
presto a ser colmado por lo Divino...
siendo Silencio que atiende sereno
a la sagrada Voz de lo interno.

Renuncia al ego y a sus recelosos temores.
Deja palpitar al Amor en tu entraña.
Consiente que sea el néctar que llene
tu paladar con el sabor de lo eterno...
Permítele florecer dentro tuyo
y que el misticismo más hondo y puro
sea luz en tu carne y paz en tu sangre
para que de ahí el espíritu resurja
intemporal e ilimitado...
Y, de súbito, la plegaria más dulce,
la rendición más incondicional, 
la meditación más sincera y constante,
se hace experiencia viva de santidad,
victoria definitiva sin riña ni combate
por la gracia de la presente claridad...

KHAAM-EL



En el presente,
por la gracia infinita de lo santo,
la claridad brilla
mostrándonos la plenitud de la vida:
ese Amor Divino que nos une y bendice eternamente.



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