martes, 28 de julio de 2015

ENCUENTROS Y DESENCUENTROS *

   Ningún encuentro sucede por casualidad. Ningún desencuentro ocurre al azar. Lo esencial no es el acontecimiento en sí, sino cómo y desde dónde es vivido. Aquí todo viene y todo se va. No entres en la pelea por mantener o rechazar. No quieras tener razón en tu limitado vivir justificando tus arrebatos de dolor y angustia, achacándoselos a aconteceres externos. Cuando no se fuerzan encuentros ni se instigan desencuentros se reencuentra lo esencial... la plenitud del Amor que nos trasciende como meros cuerpos-mentes con intereses diferentes. ¡Despierta! No hay orden en la forma que dure para siempre ni esfuerzo que pueda lograr mantenerlo. El mundo y sus leyes pasarán, la Luz de la Divina Unicidad que lo trasciende no. Acéptalo y, antes que tarde, la luz que ya eres, nuevamente, será en ti y la reconocerás en todos, al igual que los dedos de las manos de un individuo aunque pretendan ir por su cuenta y renegar del resto de dedos son llevados por la misma unicidad que los trasciende y están íntimamente ligados entre sí. Ahonda y conoce... Te invito a practicar con verdadera constancia y dedicación los ejercicios que el libro Un Curso De Milagros propone, si aun no los has hecho con esa determinación o no conocías este libro que te facilita la experiencia viva de recordar tu unicidad con Dios. 

   Sé constante en tu constancia en favor de lo real pues nadie que se propone alcanzar la verdad puede fracasar. Profundiza en la profundidad de los pensamientos hasta que sólo tenga significado, para ti, el silencio tras el cacareo y el parloteo de tanto concepto encontrándose y desencontrándose en tu propia mente. Tienes el poder de decidir no valorar ninguno de esos pensamientos y quedarte en la paz mental. Ella, te traerá un nuevo lenguaje que sin conceptos ni contradicciones, desde lo profundo, te trazará la senda que has de seguir hasta lo alto, hasta el mismo Cielo. No es difícil si tú confías. Al igual que tras las peores tormentas sale nuevamente el sol, de las peores circunstancias también surgen los más bellos y liberadores milagros. Sonríele a la vida a pesar de sus imprevistos embates; no te proyectes en personales proyectos en el tiempo y sé feliz en el presente... Déjate sorprender por los milagros que te acompañan cuando confías en la vida y en su natural despliegue hacia Dios. ¿Quieres de verdad llegar a Él? Si tu respuesta ha sido afirmativa ¡Aleluya! Entonces, nada puede ya detenerte, porque has puesto el futuro en manos de Dios y Su Santo Espíritu te guía al darle permiso libremente. El Amor es real y el miedo jamás. Abandona, por tanto lo que es nada y quédate con lo eterno, pleno y santo. Sin miedo: el Amor en ti rebosa y, ahora, al fin sabes que la muerte no existe. El Hijo de Dios es libre, por lo que el infierno ya no puede reclamarte y tu camino queda completamente despejado por la gracia. 


 Atiende al Espíritu y no te preocupes por los encuentros y desencuentros que ocurren en la carne; por la misericordia divina, éste, te mostrara la verdadera vida, ilimitada y bendita. No eres un cuerpo. Eres libre, porque aun eres tal como Dios te creó. Todo va bien aunque los pensamientos -que no la vida- así quieran negártelo. Sé firme. Niega la negación. No titubees. Es realmente sencillo. Sigue el flujo natural de la vida desplegándose desde tu interior. Todo se desarrolla con íntima sencillez y extensiva dicha cuando hay no resistencia, no apego, no disimulo, no importancia personal, no justificación, no ataque, no defensa ni culpabilización. Rinde tu corazón al Amor. Cántale alabanzas a Dios. Ten fe en Su Bondad y, de repente, la luz ha llegado. Nunca más las dudas y sus tinieblas. La atracción por el conflicto se desvanece para siempre y permaneces presente en el presente para compartir los dones de Dios. 

   Desentiéndete de todos los deseos excepto el de desear la paz de Dios con todo tu corazón y, sin retardo, ponlo todo en Sus amorosas manos. Quédate en paz. Mantente en paz... Él te mostrará tu grandeza, el amor que os profesáis y la comunión en la que vivís con toda Su creación. Asume las riendas de tu conciencia. Nadie es responsable de lo que tu vida es, salvo tú mismo con tus pensamientos. Elige de nuevo, si es que aún no estás en la paz de Dios y Su constante certeza de Amor, y escoge ser feliz ahora mismo. Sí, ahora mismo, suceda lo que suceda, haya encuentros o desencuentros a tu alrededor; eso no es sustancial, la dicha de ser, .... vívelo todo en paz. Y los que tengan, en esos momentos, ojos para ver y oídos para oír, verán y oirán.... 'eso es todo amigos'. Los milagros te devolverán a Casa, sin duda alguna... y, alégrate, nadie vuelve a casa solo. 

   Gracias por ser quien realmente eres y, también, gracias por recordarlo, extenderlo y compartirlo con todos aquellos que la providencia te traiga, porque ahora sabes que son eternamente uno contigo en el corazón Dios.

KHAAM-EL



Sube el volumen 
y déjate envolver por la salvación hecha música.





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