Los jardines siempre se encuentran fuera de las habitaciones de palacio y los bosques nunca se hallan dentro de los muros de un castillo.
La espaciosidad de la mente se amuralla cuando es limitada por la credulidad de los pensamientos particulares. Lo reducido asfixia en su procurada seguridad y aburre en su rígida hechura... no le prestes tu atención a la fría belleza de lo estático o sucumbirás a la indolencia del confort que marcará tus días con el tedio y el temor: el tedio que resulta de una laxa actitud vital junto al horror a perder su algodonada holganza. Se ha de comprender, con claridad, que esforzarse por adquirir una prisión, por adornada y amplia que se pinte, es locura. Y querer conservar pintureras cárceles frente a mohosas celdas trae, sin remedio, desgracia, conflicto y aflicción.
El Paraíso no tiene murallas ni conoce algo diferente del Amor... por eso, el Paraíso es pura dicha y completud. Así es, nadie te expulsó del Paraíso salvo en tus propias imaginaciones. Elige ser libre y lo recordarás.
La comodidad no es sinónimo de felicidad porque para su consecución impone múltiples condiciones, y toda exigencia aísla y aprisiona. No te sacrifiques por vivir de una imaginaria manera, y vive libre ahora de todo constreñido dictamen que quiera venderte, con artimañas mil, un cómodo mañana en detrimento de un presente pleno y feliz al vivirlo en conciencia y en sustancia. No te apegues a pensamientos que te acomodan en lo personal o buscando dicha te toparás con la desdicha... La vida sólo es vivida en su totalidad cuando es vivida en paz, con completa confianza, con la mente serena y el corazón lleno de Amor. Lo que es verdad nunca se impone y desde lo esencial irradia su incondicionalidad. La libertad brota del interior para derramarse generosamente en el exterior, deshaciendo muros, murallas, cercas y fronteras, afirmando con rotundidad meridiana que la vida se comparte de igual a igual, sin privilegios, sin comparaciones, sin mentiras ni abusos de poder.
El espíritu vuela libre cuando se desprende de los prietos ropajes que le quieren imponer los deseos de exclusividad y confort, o los temores a la tiranía y el horror. No sucumbas ni ataques al mundo. No tengas recelo a saltar la alambrada de tus elucubraciones y temores, abriéndote a la anchurosa espaciosidad de tu mente calma.
La libertad es compartir lo que nos une mientras disolvemos lo que parece separarnos. La libertad es un flujo incesante de Amor y comunión... un no amilanarse ante los obstáculos que aparentan impedir la presencia del Amor, sabiendo que todos ellos serán finalmente traspasados, disipados y vencidos. La libertad es un manar constante de bendiciones... Compartimos todos un mismo Espíritu inmortal, y los cuerpos, que pretenden dar credibilidad a la separación, no pueden impedir la desbordante fuerza de esa abundancia ilimitada de bienaventuranzas que es el Amor infinito del que nada, absolutamente nada, puede separarte... abandona los pensamientos de temor y culpa, de ansia y pequeñez... eres libre, ahora, aquí... vuela... vuela, ya sin miedo... vuela... vuela, hasta el Cielo.
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