domingo, 12 de julio de 2015

SÉ HOGAR

   Hay moradas y palacios que, por su ostentosa vistosidad y tamaño, se convierten en museos que muchos visitan pero que nadie habita. No pretendas acicalarte ni embellecerte para deslumbrar, tampoco uses la artimaña de amedrantar o aparentar más de lo que eres, ni siquiera te esfuerces por agradar para obtener admiración, fama, obediencia o consideración, especiales; o quedarás sumido en el mayor de los desengaños.

 Descúbrete más allá de las definiciones y las comparaciones. No busques afuera de ti nada que sacrifique tu paz de espíritu por ensalzar unas particularidades a las que precipitadamente llamas: yo, o morderás el polvo y, en tus adentros, penarás porque nada hay más gélido que un hogar deshabitado. Permanece en ti. Detén tu afán comparativo y no te engalanes con conceptos de competitiva relación. Sé primero un confortable hogar para ti mismo. Quédate satisfecho en tu intimidad. Sosiégate. Contémplate con paciencia hasta experimentar la pureza de ser quien ya eres. Sencillamente ámate... y amarás. Ábrele tu corazón a la vida. No más aparataje ni preciosismo para conseguir unas migajas de atención. Descubre la felicidad que hay en tu entraña... esa dicha eres, sí... y, sin esfuerzo, todas las estancias, en las que desde ahora ciertamente habitas, se compartirán con fraternal y honesta comunicación con todo aquel que quiera de verdad vivir. Nunca más la glacial soledad del escaparate o el museo. Juntos encontraréis un hogar que será, en verdad, Hogar; porque todo lo que en uno mismo de cierto se conoce, en el prójimo también es reconocido. 
Fotografía: www.ecologiaverde.com

  Nada hay que temer ni que ansiar. No seas huida ni ataque. Las ilusiones no afectan a lo real por pavorosas que lleguen a mostrarse. ¡Despierta! Ahora es como tiene que ser más allá de sus cambiantes apariencias. Luego nada hay que proteger con el recelo y la desconfianza... todo sucede en el Amor aunque la miopía egoica por un tiempo en el tiempo pareciera mostrarte lo contrario. La perfección se encuentra siempre más allá de lo aparente y sus vanos artificios. 

  Cuida, únicamente, del jardín de tu alma pura y observa como la vida en su esplendor reverdece a tu alrededor al reverdecer, exuberante, en tu interior... Conoce la sencilla belleza de ser, y todo se convertirá, desde el generoso y fértil centro de tu corazón, en Hogar de abundancia infinita.

   Vuelve a casa, a tu verdadera Casa, aunque sientas que es noche cerrada o te sientas avergonzado por algunos errores cometidos en un pasado que ahora no es. La Divina Unicidad trasciende cualquier error o cualquier supuesto acierto. No temas. Sin duda todo irá bien. Nunca es demasiado tarde ni demasiado lejos. Da un giro a tu vida... Vive en ti para conocer que Dios te habita en esencia y en verdad, sosteniéndote en la eterna Luz del Amor y la Plenitud. Mantente constante en la humildad de lo incomparable, permaneciendo en la confianza del descanso interior. Acógete. Celébrate. Porque, una vez te has encontrado, no puedes sino compartirte dándole al mundo tu silencio interno... tu palabra de Amor... tu música directa al corazón... tu inmensa gratitud de saber que Dios es en ti y en todos.

   Sé verdadero hogar para ti mismo, aun en medio de la noche, y lo serás también para tu prójimo; entonces, sorpresivamente, Dios, en Su plenitud iluminará la luz que eres y que, en sueños egoicos, pensaste era oscuridad... y Él habitará nuevamente contigo para ser Hogar indiviso en el que estás por siempre sostenido junto con tu prójimo.

KHAAM-EL




Después de vueltas y revueltas, de idas y venidas, 
simplifica, vuelve a lo esencial...
regresa a la pureza original 
que sigue intacta en lo más hondo del alma...
Vuelve al Hogar...
sé feliz, vive en paz
y sé, tú mismo, Hogar.




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