martes, 14 de julio de 2015

NO HAY COMIENZO EN LO ETERNO +

  Alégrate del ocaso del brillo de las formas, pues la falsa luz se ha de ocultar para que la luz verdadera -el Amor- resplandezca para siempre.

  No te apenes por la melancolía y déjala marchar en paz, porque todo lo que viene finalmente se va... nunca te entusiasmes con la aparición de la alegría o, periódicamente, ésta vendrá y se irá sine die; sencillamente, sé feliz de ser feliz y estate presente viviendo, sin ningún apego, semejante dicha... dándola, compartiéndola, siéndola, extendiéndola, sean cuales fueren las circunstancias que te acompañen... porque todo lo que se da y se comparte de corazón, permanece. Felicítate, en consecuencia, tanto de la llegada como de la despedida de lo perceptivo. No te involucres de forma particular en el flujo. Todo lo que surge finalmente ha de desaparecer, posibilitando así la vivencia de lo inmortal y su bendita esencia infinita.

  Antes de todo antes se consumó el después de todo después. No hay comienzo en lo eterno porque el tiempo ya acabó antes del principio; sólo empieza y acaba lo que no es real, como pompas de jabón en el aire... lo esencial, en su intemporalidad es eterno... ¡Bendiciones! el Espíritu es esencial; el ego, no. Re-Conoce que nada que no sea para siempre en realidad existió, existe o existirá. Despreocúpate, por tanto, de la preocupación y sé contemplación indivisa... Deja que el plácido arrullo del perfecto instante presente, allende tiempos y edades, sea indisoluble unicidad y vida... sólo todo luz sin límites ni sombras, sin pesares ni temores, sin distancias que nos alejen de la Plenitud de Ser.

  Todo es acariciado por la sublime, tierna y dulce melodía que Dios Mismo te susurra en el corazón, para que vivas enamorado del ritmo inefable del Amor divino.

   El trasparente son del espíritu derrumba todos los muros que la percepción pretende imponerle con majestuoso ímpetu desbordado por la evidencia pura de lo santo, pleno e inenarrable... no hay color, ni forma, ni tiempo, ni lugar, que la música del alma no transforme de inmediato en el Cielo indiviso y bienaventurado. 

KHAAM-EL



Sé... siendo uno indiviso...
fúndete con la música sublime que del corazón mana
y despierta del estruendoso sueño de separación y muerte.




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