viernes, 17 de julio de 2015

HAY UN MILAGRO ESPERANDO EN TU CORAZÓN

   Vive con sencillez. Confía. No le añadas cercas a tu mente o creerás haber dividido lo indivisible... pensar que tú eres tus pensamientos te fracciona imaginariamente en esos mismos pensamientos que todo lo enjuician. No hay definición que pueda abarcarte ni límite que te separe de la unicidad de la mente excepto en sueños.

  No elabores distinciones, creencias y paradojas de engreída razonabilidad personal, porque no hay posibilidad real de escindirse de lo indiviso; sencillamente contémplalo todo desechando cercados, límites, muros y fronteras de ineficaz justificación, no quieras mantener conceptos y teorías de inestable consistencia para intentar tener razón en medio de una profunda ignorancia; tampoco vale la pena desvivirse por lograr 'imaginar correctamente' en un fútil intento de aprehender lo que a todas luces es, con seguridad, inimaginable. El mundo y sus fronteras nada pueden darte que ciertamente tenga valor. No te busques en él o llorarás.

   Quédate exactamente donde estás, en el centro mismo de la mente. Ora con el corazón entregado a Lo Inefable y... vivencia, de nuevo, tu transparencia e ilimitud en Ello... nada puede, en verdad, limitarte; no hay censura ni culpa que tengan que reprenderte en ese centro infinito del alma, ni siquiera existen esos pensamientos que por un fugaz instante, como acaece en los sueños profundos, llegaste a imaginar que eran tú. 

  Salir no puede ser nunca entrar. Si quieres salir del enredo y la desolación que el miedo provoca en tu mente has de permitir que sean desmantelados todos sus cercados defensivos, pues atacan tu paz mental tras sus inapropiadas lindes de egoica definición. Tú, no eres un ego. Nadie es un ego... rompe esa barrera y sé libre, para siempre, de su limitador influjo. Por ardua que sea la situación que incluso traiga lágrimas a tus cansados ojos, que éstas se conviertan en esperanzada oración; y, por oscura que sea la tiniebla que parezca cernise sobre tu vida, no escuches al miedo y confía en la Luz que brilla en tu alma llena de Amor. Tú decides... hay un milagro guardado en tu corazón, esperándote... nada importa realmente, salvo que lo descubras y te ilumine el camino de vuelta al Cielo. No dejes que se te escape. No te dejes seducir por las vanas razones del miedo o lo transformarás de una pequeña e insidiosa culebra en una enorme bestia que, sin piedad, te quiere devorar. Sal de tu propia e inventada cárcel; y dile, de nuevo, sí al Amor, sí a lo Infinito, sí a la Vida, sí a la Divina Unicidad... déjalos crecer en tu interior, y vive lo eterno y real, lo bendito y feliz... Vive, pues, en el Espíritu y no te limites a la carne y su pequeña historia de dolor, porque si tu dolor desaparece de tu corazón podrás, en verdad, ayudar a tu prójimo a que encuentre en sí mismo ese mismo milagro de salvación.

   No confíes en la desconfianza ni temas al temor. Niega lo que te niega y cerca todas las cercas, para que todas ellas desparezcan en el espacio abierto de tu mente infinita unida al corazón... esa mente limpia y pura como la luz, eterna y plena como el Amor, bienaventurada e indivisa por siempre en Dios. 

KHAAM-EL



Confía en el amoroso milagro que en ti mora
y que se extiende disipando dolores y angustias.



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