No caigas en la irreflexiva rutina de darte por supuesto o darás por supuesto tu rutinario pensamiento ciego e irreflexivo, cubriendo la vida con memorias de desesperanza y hastío, de sueños rotos y expectativas truncadas. Detente a contemplar sin prejuicios cualquier supuesto perjuicio y no te convertirás, tú mismo, en un perjuicio para lo contemplado. Mira la mirada que observa, y contempla en paz su agitado e intrascendente contemplar. Cabalga a lomos de la inocencia atravesando momentos, circunstancias, bravatas, colores, relaciones, aromas, imprevistos, rupturas, suspenses, reconciliaciones y cotidianidades, con atenta presenciación. Ver superficialmente nunca podrá ser ver de verdad, porque mirar sin consciencia es un pasar de soslayo a través de lo evidente.
Sé realista y estate presente para que no haya perspectiva particular que te desvíe del mirar universal. Toda perspectiva engaña al perceptor al tomarlo como centro de observación y no como objeto de observación. Contempla al contemplador y, de improviso, te sorprenderá la realidad.
Abre la mirada del alma y no sigas ciego con el falso ver del ego.Tienes miedo de tus propios pensamientos porque crees que ellos son tú y que compartís una misma realidad, cuando no es así. No estás aislado de la vida, ni tus pensamientos personales tienen realmente el poder de separarte del Amor. Contempla tus pensamientos y no dejes que estos te definan... sencillamente, no podrás ser devorado por ellos. Tú, eres una mirada mucho más amplia que el hábito de juzgarte (y juzgar) a la ligera. Abandona semejante disparate de creer que los juicios son saber y sabe que uno sólo llega a conocer realmente lo que es verdadero.
Las apariencias por sugerentes que se muestren no son realidades. Aparentar no es ser. Imaginar nunca trae nada, salvo ilusiones que, más pronto que tarde, acaban por desvanecerse en la nada que son.

No sigas solo, todavía... el Amor de Dios es tu apoyo y tu plenitud. Compártelo. Extiéndelo. ¡¡¡Sé feliz!!! Dándose de corazón siempre se tiene para seguir sabiéndose bendecido bendiciendo.
KHAAM-EL
¿Te sientes sólo, todavía?
No te conformes con apariencias o sucedáneos...
Ama y no sigas solo apegado a la pequeña y frágil idea de ti.
No escuches al miedo que exige y exige.
Date con generosidad, sin temor a que te rompan el corazón,
y sentirás la Plenitud del Amor;
la bendición universal que te acoge en la Divina Unicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario