martes, 22 de diciembre de 2015

AMOR. AMÉN. +

              
Nunca abandonarán las islas sus costas 
a no ser que dejen de limitarse
con sus abruptos contornos;
ni el océano conocerá el exuberante verdor de las selvas 
si no cesa de separarse 
mediante oleadas de definiciones, comparaciones 
y sesgos.
Jamás podrá un espejismo imaginarse 
el esplendor de lo real,
ni lo infinito angustiarse por aparentes distancias.
El aire, el agua, la tierra y el fuego 
son tan sólo márgenes impuestos 
por el variable juicio de lo egoico
en su breve carne
de ávida glotonería perceptiva.
El Espíritu -en verdad- es libre... 
incondicionado... eterno... pleno...
Feliz de ser ininterrumpido, 
aquí y ahora,
en consciente quietud
de trascendente inmanencia...
















El horizonte de las formas es engullido 
por la inmediatez de la transparencia
que, en su ilimitud, 
cesa de perfilar ensueños.
Esplendor radiante 
de llenura ausente de separaciones. 
Error subsanado... perdón manifiesto.
Selvático el océano
de universal azul 
besa las inorilladas márgenes 
de lo infinito...
Insondable calma. Gloriosa dicha.
Inconfundible Verdad.
Comulga la entraña del universo 
con la esencia de lo innombrable
en una intimidad sagrada de indisoluble permanencia.
Flujo incesante de gracia...
Lo indivisible no conoce la mentira 
y por eso es siempre verdadero.
Amor.
Amén.

KHAAM-EL



Medita. Ora. Ahonda. 
Amor... Sólo el Amor... todo el Amor. 
Así es... la paz de espíritu ilumina el tiempo, 
retornando a la plenitud de lo eterno 
la esencia de todo lo que en él mora.
Amén.






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