A continuación de estas palabras introductorias adjunto el vídeo de una sesión en la que profundizo en lo básico que es para la felicidad y la paz presente el ser plenamente conscientes de que aquello que vivimos y experimentamos es, sin duda alguna, el efecto de los propios pensamientos y no de circunstancias ajenas al propio pensamiento. Por eso, es fundamental dejar de ilusionarnos con deseos proyectados a futuro, esos que nacidos de la necesidad, el temor y la fragilidad, siempre acaban por decepcionarnos, tal como la creencia en los reyes magos era una infantil expectativa imaginaria sin constatación evidente, excepto el deseo de que fuese cierta; sencillamente lo parecía aunque no lo fuera porque se deseaba. No busques validarte sin la claridad de saber en verdad que es ser, o adoptaras pensamientos mágicos con los que intentar explicarte y completarte en lo externo. ¡Ojo! Experimentarás los efectos de tus pensamientos. La magia de lo personalista, y su fantasía especial, siempre termina por decepcionar en su insaciable búsqueda de evasivo jugueteo, más pronto que tarde trae llanto y frustración. Comprende, sin excepción, son los propios pensamientos quienes nos afectan; y en esto, alégrate, radica en última instancia la salvación. Todo el sufrimiento y el dolor puede ser perdonado sustituyendo los pensamientos personales y temerosos por pensamientos de verdadero amor y dicha. Para facilitar la comprensión sustancial de este hecho nos apoyamos en el ahondamiento y práctica de la lección 338 de 'Un Curso de Milagros': "Sólo mis propios pensamientos pueden afectarme".
KHAAM-EL
Piensa sin miedo y Ama... la alegría de ser rebosará en tu corazón.
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