Tras estas palabras adjunto el audio de una charla en la que reflexiono sobre las relaciones en toda su profunda sustancialidad. Es básico centrar toda la atención en lo interno y contemplar el motor que nos impele a actuar para poder permanecer en la mente recta o meditativa, en esa consciencia clara, presente y plena, con la que relacionarnos libres de cualquier miedo o codicia. Pues, la motivación de un encuentro o desencuentro viene derivada de un impulso interior que nos mueve a realizar un acto cualesquiera para obtener un resultado determinado. Si lo que se busca proviene del temor o el deseo (que siempre van juntos), de sus juicios y planes, uno se distrae con esas historias vanas, divisoras y proyectadas, perdiendo al instante la alegría de ser ahora, de ser sin condicionantes, de ser lo que Es. Por eso, todo comienza y acaba en uno mismo, en un dar y recibir unificado en el íntimo ser, para desde la llenura interior, y no desde la exigencia de la carencia, extender y compartir la dicha inefable de la paz de espíritu -que se encuentra más allá de todo entendimiento intelectivo- con todos aquellos que la Vida os traiga, y quieran saber quiénes son en verdad; pues, si ahondáis con honestidad, la luz resplandece en vosotros y ya no dudáis que, en lo nucleico, el prójimo es uno con vosotros. Sólo desde ahí, desde ese centro calmo y eterno, puede uno relacionarse de manera amorosa, real y esencialmente pura. Porque Dios -Lo que ES, Lo Innombrable-, en su Amor infinito, no es personal; ni, por supuesto, se relaciona jamás de forma personal... Dios Ama, porque es Amor... Sus criaturas son, como Él, Amor... relacionaros siempre compartiendo Amor, y desdeñad toda motivación comparativa mediante la constante contemplación de la unicidad, aun en medio de la aparente diversidad. Meditación. Todo comienza en vosotros y sigue con lo que tenéis delante en este preciso instante, no lo juzguéis ni comparéis, y se abrirán vuestros corazones a lo infinito, a lo eterno y genuinamente amoroso e indiviso. Se nos reúne para retornar al Amor. Ahora, haréis lo que debéis, no lo que imagináis necesitar (deseo generado por el miedo) y eso convertirá vuestro paso a paso por el mundo en una feliz vuelta al Hogar Eterno junto con vuestro prójimo en una honesta relación de Amor y santidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario