domingo, 13 de diciembre de 2015

RELACIONARSE SIN MIEDO RETORNA AL AMOR - AUDIO

   Tras estas palabras adjunto el audio de una charla en la que reflexiono sobre las relaciones en toda su profunda sustancialidad. Es básico centrar toda la atención en lo interno y contemplar el motor que nos impele a actuar para poder permanecer en la mente recta o meditativa, en esa consciencia clara, presente y plena, con la que relacionarnos libres de cualquier miedo o codicia. Pues, la motivación de un encuentro o desencuentro viene derivada de un impulso interior que nos mueve a realizar un acto cualesquiera para obtener un resultado determinado. Si lo que se busca proviene del temor o el deseo (que siempre van juntos), de sus juicios y planes, uno se distrae con esas historias vanas, divisoras y proyectadas, perdiendo al instante la alegría de ser ahora, de ser sin condicionantes, de ser lo que Es. Por eso, todo comienza y acaba en uno mismo, en un dar y recibir unificado en el íntimo ser, para desde la llenura interior, y no desde la exigencia de la carencia, extender y compartir la dicha inefable de la paz de espíritu -que se encuentra más allá de todo entendimiento intelectivo- con todos aquellos que la Vida os traiga, y quieran saber quiénes son en verdad; pues, si ahondáis con honestidad, la luz resplandece en vosotros y ya no dudáis que, en lo nucleico, el prójimo es uno con vosotros. Sólo desde ahí, desde ese centro calmo y eterno, puede uno relacionarse de manera amorosa, real y esencialmente pura. Porque Dios -Lo que ES, Lo Innombrable-, en su Amor infinito, no es personal; ni, por supuesto, se relaciona jamás de forma personal... Dios Ama, porque es Amor... Sus criaturas son, como Él, Amor... relacionaros siempre compartiendo Amor, y desdeñad toda motivación comparativa mediante la constante contemplación de la unicidad, aun en medio de la aparente diversidad. Meditación. Todo comienza en vosotros y sigue con lo que tenéis delante en este preciso instante, no lo juzguéis ni comparéis, y se abrirán vuestros corazones a lo infinito, a lo eterno y genuinamente amoroso e indiviso. Se nos reúne para retornar al Amor. Ahora, haréis lo que debéis, no lo que imagináis necesitar (deseo generado por el miedo) y eso convertirá vuestro paso a paso por el mundo en una feliz vuelta al Hogar Eterno junto con vuestro prójimo en una honesta relación de Amor y santidad.

 

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