lunes, 21 de diciembre de 2015

LA SIEMBRA DEL EGO ES ARIDEZ Y CIZAÑA *


   Sólo piensa o siente que pierde, quien desea ganar; sólo siente o piensa que gana, quien ansía más; y sólo cree que pierde o gana, aquel que antes ha pensado o sentido haber perdido o ganado. Ese sistema egoísta de pensamiento y de validación de la propia vida como un trueque o pelea por un beneficio particular, mantiene al que lo sostiene en el desvelo, la insatisfacción y el recelo. Los pensamientos de maldad (egoísmo) nacen junto a los de bondad (comunión) en una misma tierra (la mente) y cuando despuntan a la luz sus tallos (comienzan a reclamar tu atención) puedes prever sus frutos por la acción que proponen. Estate pues bien atento, porque si actúas siguiendo aquellos de tallo inflado y llamativo, que chupan los nutrientes que no le corresponden y engorda a costa del enflaquecimiento de los otros, en el día de la siega únicamente obtendrás espinos y venenosas bayas. Por esto es inexcusable el contento presente y el acto desprendido, amoroso y servicial, para erradicar de raíz los incipientes brotes de los pensamientos egoístas que, más pronto que tarde, terminan por dar sus amargos y ponzoñosos frutos. No dejes que el egoísmo arraigue en tu corazón, o serás cizaña para tu prójimo y obstáculo para el Amor en la improductiva aridez de tal compartir. 


   Estate bien vigilante en tu mente para que tu vida sea realmente provechosa. No te relaciones desde la búsqueda de comodidades o el aprovechamiento personal. No te muevas desde el ombliguismo y el narcisismo, ni tampoco desde la ira, la vergüenza o la lastima; no compartas penas, sino la alegría de servir a Dios. Bendice a tu prójimo, recordándole que es bendito en esencia y en verdad por ser Hijo de Dios. No escuches la voz del ego en tu mente, o sembrará la discordia en cuanto te descuides. No alientes resentimientos buscando aliados para pretender justificar razones a la pequeñez y el temor, o cargarás a tus semejantes con los pesados fardos de culpabilidad que te aplastan en un inútil intento de librarte de ella. Estate vigilante y no te distraigas con vanidades. El Amor sirve; el ego se sirve. El que sirve da fruto abundante y es salvo; el que se sirve es rémora y fastidio, siendo por tanto en el día de la cosecha desechado. Así es, sólo la vida provechosa entra en el Cielo, la estéril se arroja al fuego por su inutilidad y estorbo. Recuerda la parábola que nos relató el Cristo en Jesús acerca del trigo y la cizaña: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" El les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Dícenle los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Díceles: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero."». Mateo 13, 24-30.
  
   Estate, amigo/a, bien vigilante para que la voz del ego no te reseque y emponzoñe, pues su siembra sólo recoge cizaña en su aridez. Así que en el presente siembra el trigo del pan de comunión y vida para que inevitablemente el fruto sea abundante de paz, dicha, amor y plenitud... No temas, confía, el Cielo te recogerá y acogerá en sus siempre rebosantes graneros... como bien señala 'Un Curso de Milagros': dar y recibir son en verdad lo mismo.

KHAAM-EL




Lo que da fruto de Vida eterna 
es reconocido en la esencia de lo puramente religioso, 
sea cual sea la tradición religiosa que lo exprese. 
Unicidad es liberación y salvación. 
La Verdad es no dos
El Amor es no dos.




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