miércoles, 23 de diciembre de 2015

PLEGARIA DE ENTREGA PARA PREPARAR LA NAVIDAD EN EL CORAZÓN


   Sólo en la entrega total, por la humildad del servicio desinteresado a Dios y al prójimo, nace el Cristo en nuestro corazón... te invito a un recogimiento en el pesebre de tu alma para aperturarte al desempeño de tu labor de perdón en el mundo, para no fabricar ni más ilusiones, ni más culpables, ni más comparativos reproches ni quejas... extendamos la luz eterna del Amor, la luz del espíritu que desvanece el apego a la carne y sus migajas. Estamos en el mundo para no ser del mundo, e invitar a todos a que se unan a la Voluntad de Dios y Su Perfecto Amor.

   Te invito libremente a orar...
   ...¡Oh! Dios, perdóname porque he cometido equivocación contra Ti y contra el Cielo al querer ser un yo personal. He errado contra Ti y contra el Cielo mediante todo tipo de juicios y de engaños; y al único que he condenado y engañado es a mí mismo, porque Tú Eres Santo, Tú Eres perfecto, Tú Eres Amor. Por eso quiero despertar de mi sueño febril, dejando de jugar el juego dolorosamente infantiloide de la separación y recordar, en todo, Tu Plenitud y Tu Amor.
   Gracias por haberme amado siempre, incluso cuando en mi miedo creí que me odiabas.
  Gracias por haberme sostenido siempre, aun cuando pensé que me habías dejado desvalido y desamparado.
  Gracias por haber mantenido mi ser unido a Ti, aun cuando imaginé que estaba desterrado en un mundo de cuerpos, tiempo y dolores.
   Gracias, gracias, gracias...
   ... el mundo en sí no es nada...
   la política y su intolerancia mal disimulada, ni arregla ni desarregla nada,
  la familia y sus interesadas avenencias o desavenencias acompañadas con reprochadoras sonrisas, ni arregla ni desarregla nada,
   los intelectos que en su competitivo y egoísta relumbre se desprestigian entre sí para validarse, ni arreglan ni desarreglan nada.
   las amistades personales y sus evasiones particulares, ni arreglan ni desarreglan nada,
   las riquezas y sus ostentosos lujos, ni arreglan ni desarreglan nada,
  los noviazgos y emparejamientos que alivian soledades con efusivos amores para ocultar profundas inseguridades, ni arreglan ni desarreglan nada.
   los trabajos o los desempleos en su ansía meramente económica olvidando lo esencial del servicio, ni arreglan ni desarreglan nada.
   En definitiva, creerse un cuerpo y tener cuerpos cerca o no, ni arregla ni desarregla nada; tan sólo genera una angustiosa ambivalencia de funestas consecuencias, una ilusión de vida que olvida la real y plena. Por lo tanto le doy al mundo lo que es del mundo y a Dios lo que es de Dios, dándole al mundo mi perdón y a Dios mi gratitud. Abandono este juego insensato que se juega entre dos extremos, no por imaginarios menos dolorosos, y, como el que pide recibe y el que busca encuentra y al que llama se le abre, pido el perdón de mis errores y, por la gracia de Dios, he sido perdonado junto con mi prójimo.
   En esta confianza declaro a Dios: Aquí estoy, te encomiendo mi vida para que se cumpla Tu Voluntad, y aquello que tengas asignado que haya de realizar, se haga; porque lo que Tú has prometido que se haga, se hace para el bien de todos. Ya no quiero soñar más demora, que el despertar venga a mí y a todos mis santos hermanos según Tu Plan, y no el mío y sus lastres. 
   Afirmo y perdono que siempre que me he quejado he estado equivocado, puesto que la queja y los motivos que parecen justificarla no tienen cabida en Tu Perfecto Amor, tan sólo en mis fantasías personales. Por eso te solicito que si vuelve la tentación de la queja, que Tu santo espíritu la disuelva en la nada que es. Confío, y te pido fe verdadera. Líbrame de la tentación, que recuerde siempre que me sostienes con Tu Amor.  Se, en Tu Misericordia, que cada día tiene su afán, y que jamás éste puede faltar si sólo me ocupo de dar el Pan y el Agua de Vida Eterna que Tú siempre das para compartir. Tú Voluntad se hace aquí en la tierra como en el Cielo, por eso doy gloria a Tu nombre, porque me glorifica junto a mi prójimo en Tu Santo Ser.
   A todo esto, desde lo más profundo de los corazones enamorados de la Verdad y la Santidad, los hijos de Dios, cual un sólo Hijo, reunidos ante Ti y dando humildemente las gracias, decimos Amén,

   Y ahora, amigo/a, quédate en profundo silencio y atenta escucha, para recibir Su santa Guía todos los días de tu estadía en el mundo, y comparte la alegría y la certeza de lo eterno.

KHAAM-EL
   



Vuelve a confiar como un niño en el Amor de tu Padre Celestial, órale de corazón, y retorna a tu Hogar en la Eternidad de lo Santo.

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