martes, 15 de diciembre de 2015

CELEBREMOS EL PRESENTE CON ALEGRÍA +

   Nunca han habido problemas reales para el Espíritu. Únicamente, en apariencias formales, comparativas y circunstanciales, da la personal sensación de haberlos, siluetándose como sombras siniestras que oscurecen el presente; y, en su malestar, esa identidad personal pretende arreglar tan angustiosa situación particular deslumbrada con planes y estrategias de lo más variopinto, que los solventen en un futuro. Pensar y sentir, al igual que el espacio/tiempo, no se encuentran nunca por separado, aunque a simple vista lo parezca. Es perentorio ahondar en consciencia para aposentarse en la verdad inamovible, y no despistarse con lo volátil por cautivador que se muestre ante la percepción nacida de lo personal. El espejismo del espacio/tiempo deslumbra por la falta de claridad resultante de mirar al presente con juicios y sentencias acopiados en la memoria identitaria, al igual que el fatigado y sediento en el desierto se deslumbra (ansioso y eufórico) por su alucinada mirada imaginando oasísticos espejismos en el horizonte. Ahondando con honestidad se descubre que el presente libre de memorias personales no es un desierto y que, por tanto, vivir no es un penoso sobrevivir.

   Creer en problemas es crearlos. Comprendamos de una vez por todas que deslomarse por bienes pasajeros es en verdad una estupidez. No sigamos al miedo y confiemos de corazón... Compartir la paz y la alegría de ser nos devuelve a la eternidad del Amor. Permanezcamos serenos y esperanzados en el ahora y, éste, al purificar nuestras mentes del temor y el resentimiento, nos trae auténticos milagros a nuestras, hasta ahora, sacrificadas y tristes vidas (correcciones de pensamiento que revierten el pensar personal, devolviendo a la mente obnubilada por los espejismos, al conocimiento real y a la experiencia viva de lo esencial, puro, infinito y universal). Sí, nunca han habido problemas reales para el Espíritu, porque el ahora y Dios no están separados. El tiempo y el espacio son aparentes, el ahora es la puerta a la eternidad. No nos retrasemos fabricando mañanas, soñando espejismos, y celebremos el presente con alegría... ¡Compartiéndola juntos! Todos somos no dos en lo santo. Celebremos unidos, como auténticos hermanos, Hijos de Dios. Celebremos la plenitud de Su Amor. Nada puede fallar si no dejamos que se inmiscuya la sensación de lo personal y sus recelos; pues, no es más (lo personal) que la percepción equivocada de una idea sin significado real. No nos separemos, en/con imaginaciones, del Amor de Dios y... ¡Aleluya!

KHAAM-EL



Cantemos con Alegría ahora... Sé feliz. 
El resto no sirve de nada.




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